Fuente: El Quid de la Cuestión
A POCAS HORAS DEL SOLSTICIO DE INVIERNO.
EL PRIMER ECLIPSE SOLAR DESDE EL ARRANQUE DE LA CUARENTENA.
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¿QUÉ TIPO DE MEDITACIÓN O REFLEXIÓN PUEDE AYUDARNOS DURANTE UN ECLIPSE SOLAR?
Lo que sigue es transcripción casi literal de lo que ofrecí el pasado 26 de diciembre 2019. Vuelvo a reiterar mi opción personal, tal como la pongo en cada entrada referida a este tipo de eclipse (solar), y siempre recordando hay otras, originadas en diversas miradas y tradiciones.
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Para mí, la mejor actitud para un eclipse solar es el silencio y la calma interior.Y en el momento exacto del eclipse generar un vacío en nuestras mentes para que -desde lo abierto del sistema solar- se complete el recorrido o guión nuevo de esa instancia creativa interior/exterior. Para nosotros, si es que aún estamos despiertos, serían las 3:43 AM del domingo.
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Puesto que habrá un apagón y un reencendido de la luz solar, tapada por la Luna, podríamos con sensatez invocar renacimiento en la visión y comprensión de nuestros deseos personales y de nuestra vitalidad, en todo el espectro de la misma, desde la sexual hasta la intelectual y espiritual. Asimismo, leer nuestros miedos a la intensidad o a los saltos imprevistos de la vida, de una manera totalmente diferente a partir de ahora.
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Pero el riesgo de la polarización reside en nuestro psiquismo.Se sugiere por lo tanto no descartar la posibilidad de un contacto inmaduro y regresivo con estas mismas energías. Aquí es donde parecen corroborarse las visiones medievales, siempre apocalípticas, de los eclipses.
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¿De qué depende que se precipite una opción negativa o que, por el contrario, se nos revele el tesoro alquímico de semejante configuración? De nosotros mismos. Aquí es donde muchas almas desesperan :"¿de qué puede servir mi intención personal de madurar, si el grueso de la humanidad se comporta de manera ciega y cada vez más inmadura?"... Nuestra apuesta es: invoquemos, para convocar.
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Confiemos en el poder de "precipitación cósmica" de los rituales. No con una confianza ciega y dogmática, sino basada en la exploración del orden general del mundo, del cosmos, de las cosas (que nos incluyen). Confiemos en el poder -verificable y constatable- de la "masa crítica" y sigamos sumando, aunque sea en apariencia uno a uno. Hasta que de pronto se verifica la avalancha, el ensanchamiento de la senda de las conciencias particulares. Y sin previo aviso irrumpe la progresión geométrica de las nuevas cualidades suscitadas por nuestra percepción colectiva.
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EL ORBE TEMPORAL O RADIO DE ALCANCE de la vibración del eclipse -según varios autores- se puede extender por semanas. Yo prefiero situar la atención al mismo en un par de días, previos y posteriores. Es cuestión de registrar nuestras respectivas experiencias.
EL ECLIPSE DE SOL EN RELACIÓN CON NUESTRO PSIQUISMO, tiene que ver con la simbolización de la conciencia y con la apertura de la intuición. Con el "farol", podríamos decir, que intentamos mantener encendido a lo largo de nuestro camino de individuación. Esta creencia aplicada a lo astrológico arquetipal, si bien remozada a partir del siglo XX por la psicología jungiana, es sin embargo de larga data. Proviene desde antiguo, está ligada a la tradición mística y como toda creencia -por sincronicidad- aplicada a los ritmos y ciclos del sistema solar y de la galaxia. Aplicada a nosotrxs mismxs, podemos decir sencillamente que opera. Intenta reiterar su guión de imágenes en nuestro inconsciente, sincrónicamente a la reiteración del movimiento geométrico en el cielo.
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"EL SOL SE OSCURECE EN PLENO DÍA" dice ese guión -tanto estelar como psíquico- como cuando la tea es recambiada para que el fuego no se apague. El apagón es conmocionante para nuestra conciencia distraída; imaginen el impacto en la antigüedad. Sólo los astrólogos/astrónomos podían predecirlos. Su prestigio ante faraones y reyes derivó de estos cálculos, así como la creciente sombra de su poder -supuestamente predictivo- en las cortes.
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En clase suelo usar este ejemplo: si nuestra conciencia fuera la pantalla de la computadora, ésta cada tanto se oscurece cuando desde "la red" se nos pide resetear el sistema. Generalmente esto ocurre cuando hay que actualizar programas nuevos, muchos de ellos provenientes de zonas de la gran red cibernética de la que la mayoría de nosotros no tiene la menor idea. Hay inquietud porque no sería la primera vez que se nos "tilda" la máquina y nos cuesta enorme trabajo volver a iluminar la pantalla y poner todo en nuevamente en funcionamiento.
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EL ECLIPSE DE SOL OSCURECE MOMENTÁNEAMENTE el contacto con la fuente de la que emana nuestra conciencia de ser, nuestro centro irradiante. Parece un salto cualitativo y podríamos ligarlo a "lo uraniano" tal como lo entendemos en su sentido evolutivo. Algo queda suspendido, entre paréntesis, fuera del tiempo y el espacio, hasta que retomamos el camino. Y cuando lo hacemos, sin recordar lo que pasó en el medio, ya somos otros.
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SI NOS ASUSTAMOS, si nos estancamos emocional y mentalmente, entonces ocurre lo que la astrología tradicional "predice" habitualmente para los eclipses solares: acontecimientos enojosos a veces extremos, achicamientos varios, situaciones de reducción de fuerza y energía físico-psíquica, proyectadas en acontecimientos de nuestra vida cotidiana e incluso de la vida comunitaria y social. En razón de la sincronicidad antes apuntada -entre movimientos reales del cielo y creencias- aparecen como de costumbre las profecías auto-cumplidas que no son sino esto: anticipaciones generadas por el miedo de nuestra especie mamífera. La presión co-creadora del psiquismo colectivo hace que luego ocurran y generen consecuencias. Hipótesis auto-predictivas.
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SI NO NOS ASUSTAMOS, permitimos que "algo" del sistema amplio, desde el centro mismo del sistema -el Sol- amplíe nuestra conciencia. Claro que eso ocurrirá luego y no necesitamos controlar cuándo.
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En los momentos previos y durante el eclipse solar mismo no tiene sentido esforzarnos por sentirnos "armónicos y satisfechos". No se trata de un tránsito de Júpiter en la simbolización de armonìa y fluidez que habitualmente le conferimos.
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EN EL MOMENTO MISMO DEL ECLIPSE, en esos breves minutos de su duración, estamos "en pleno apagón" y luego pasamos al sacudón del pleno reencendido. Si el correlato psicológico es de inquietud, angustia, perplejidad extrema ... sintamos que el riesgo vale la pena. Si intentamos "conducir" demasiado estos minutos de apagón/reencendido... en mi opiniòn sólo lograremos calmarnos pero nos estaremos perdiendo algo esencial. Creyendo que hacemos lo que "se debería hacer en un eclipse para que éste resulte benéfico", lo único que logramos es invocar viejas creencias, cada vez más en desuso. Ellas hacen que los frutos de nuestra conciencia sean repetitivos, rígidos, encuadrados y dogmáticos.
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Durante algunos minutos previos y otros posteriores, en el caso de estar despiertos a esa hora, podemos meditar en el silencio y el vacío de la mente, quedando lo más en blanco que nos sea posible. Si existieran residuos emocionales que impidieran el reencendido consciente de la fuente solar que nos alimenta, confiemos que el trabajo igual se hará desde las profundidades de nuestro inconsciente, alineado con el movimiento del cielo nos guste o no, lo sepamos o no. Para los que ya estén durmiendo en ese horario alcanza con irse a la cama con una predisposición meditativa.
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Se comprende por qué relacionamos estas invocaciones con una interpretación astrológica positiva, blanca, luminosa, que salga del corazón pero que a la vez sea el intento de una lectura lo más rigurosa posible. Que no sea un invento o un producto new age infantil; que se pueda sostener desde el rigor de la simbolización y que se la pueda alinear con la observación del movimiento objetivo del cielo.
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Si interpretamos qué rol juegan la Luna y el Sol en todo eclipse, quizá podamos invocar esa energía desde el corazón y la mente de cada uno, así como desde el corazón y la mente de cada grupo, país o el planeta entero, para que esa síntesis potencie nuestra vibración invocatoria. Intentemos que salga desde el cardíaco y la coronilla y no desde el plexo. Desde el ser y no como un deseo meramente eufórico o hechizante de nuestras personalidades.
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Invoquemos entonces para que, individuo a individuo y desde la solaridad de cada uno, toda la humanidad tenga la oportunidad de afinar, reencender y potenciar la percepción consciente sobre el viaje colectivo humano, planetario y del sistema solar.
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Opino que es preciso asumir ese riesgo con decisión y valentía porque en los albores de la Era de Acuario, necesitamos como humanidad mirar cara a cara los vestigios más oscuros de nuestras fascinaciones neptunianas, allá abajo y en lo profundo de nuestro inconsciente colectivo. Con el riesgo, desde luego, de quedar capturados por el hechizo de ese pasado milenario.
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Habrá que tolerar que la pantalla -la conciencia- también se apague en este sector, dejarla en blanco por unos minutos, e invocar la presencia de nuevas cualidades que sumen al bagaje anterior.
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INVOCACIONES POSIBLES: ORIGINADAS EN LOS DISTINTOS GRUPOS DE NUESTRA RED.
Si la Vida necesitara algún aporte nuestro, en tanto que individuos capaces de interpretar estos signos en el cielo, confiemos que seguramente nos entregará sucesos a leer como mojones.
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Notemos qué diferente es esta predisposición, a la creencia tradicional que nos dice que es posible predecir sucesos puntuales antes de la formación del eclipse. Notemos cuán diferente es esta invocación, a situarnos en la (generalmente ingenua) posición de lectores privilegiados de las estrellas, capaces de leer de antemano "lo que va a pasar".
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Que nuestras lecturas sean en lo posible positivas, blancas, cultivadoras de la inofensividad y salgan del corazón. Que sean intentos de "lecturas en contacto" pero a la vez rigurosas y con disciplina investigadora. Que podamos distinguir planos, niveles, universos intersecados en nosotros y en lo amplio que nos incluye. Si entre varios invocamos algo positivo durante un eclipse de sol, reforzaremos creencias co-creadoras positivas. Que cada uno reencienda su farol y que la red de fuegos singulares se acreciente y potencie.
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Hasta aquí, el texto que sigue vigente (y que subí el 26 de diciembre pasado). Ni imaginábamos que la pandemia la cuarentena nos iba a encontrar en esta situación, durante este otro eclipse solar.
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LOS ECLIPSES EN NUESTRAS CARTAS NATALES Y EN LA CARTA DE NUESTRO PAÍS
Es sumamente enriquecedor meditar y reflexionar el ritmo de los eclipses, aplicados a nuestros temas natales.
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Para quienes aún no tengan tantos conocimientos, alcanza con que observen el grado en el cual se hace el eclipse (0:21 de Cáncer). La simbolización otorgada a este signo puede permitirnos tomar contacto con el refugio, el interior de las moradas -exteriores e interiores- la empatía con el prójimo. Siempre en relación a los rubros que indique la casa de la carta natal en la que cae. Desde allí, con algo de ayuda por parte de algún astrólogo amigo, se podrá ligar esta información a los sucesos de la vida cotidiana y de nuestros vínculos, que pueden preocuparnos.
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Hasta pronto. Bendiciones para todas y para todos...
ow
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NOTAS: para lxs astrólogxs de nuestros grupos (no haré desarrollos interpretativos en esta entrada, salvo algunos breves comentarios. Sólo dejaré consignadas las posiciones, para usarlas en clase)
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En la carta de la Argentina: caerá en la casa IX, muy cerca de su Mercurio a 6 de Cáncer.
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Manuel Belgrano tenía también su propio Mercurio a 6 de Cáncer, quizá su pensamiento tan ligado a la protección material, social y cultural de la población de su incipiente país, esté ligado a esta conjunción.
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A Cristina le hace un trígono a su Sol a cero de Piscis: aspectación armoniosa suelen decir lxs astrólogxs tradicionales.
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A Alberto le completa una T cuadrada (con su Saturno-Mercurio natal). Parece una obviedad, dada las dificultades que debe afrontar en la comunicación de las medidas de cuarentena (ante parte de la población, lxs anti-cuarentena y otrxs "rebeldes" por llamarlxs de alguna manera).
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A Axel le hace cuadratura a su Sol libriano: y de la misma manera podemos leer estos tironeos comunicacionales, en su caso confrontando con su propia identidad gubernamental.
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SAROS Y LOS "RELATOS DE LA TIERRA"
Esta es una investigación grupal de hace unos años, que nos tiene muy estimuladxs por los tesoros que vamos descubriendo. No es éste el artículo donde me voy a referir a ello. Sólo quiero dejar consignado que los eclipses de esta línea Saros 137 -70 en total- se producen en el nodo ascendente de la Luna.
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El primer eclipse de la serie tuvo lugar el 25 de mayo de 1389, en Siberia oriental (Rusia) cerca del círculo polar ártico. Era la época de Basilio I de Moscú, quien se encontraba en plena expansión y unificación de los territorios rusos.
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INFORMACIÒN ÚTIL PARA LOS EXPLORADORES DE ECLIPSES:
FUENTES
Jansky, Robert Carl: “Interpretación de los Eclipses”, Málaga, Ed Sirio, 1988.
“ “ “ : “The Eclipse as a Tool in Prediction”, Astrology Now, 1976
Ruperti, Alexander. "Ciclos del devenir: pauta planetaria de crecimiento", Bs As. Kier, 2005
Rudhyar, Dane: "El ciclo de las lunaciones", Málaga, Sirio, 1987
Una página didáctica sobre Saros y Ciclo Metónico
http://www.oarval.org/metonicsp.htm
Saros 137 (es el nro 36 de un total de 70 eclipses, dentro de esa serie).
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El 5 de junio pasado hubo un eclipse de Luna y habrá otro el 5 de julio. Esto es una excepción -se da cada tanto- puesto que en general los eclipses vienen de a dos: uno de sol y uno de luna (o intercambiando lugares). Y dos veces por año, un par cada semestre.
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La otra sincronicidad es que se de tan cerca del Solsticio. Forma parte del orden astronómico y de nuevo, no es la primera vez que ocurre. Pero en los momentos de excepción que estamos viviendo a nivel humano, reparar en esta insistencia del cosmos puede ser algo quizá aliviante. Aunque más no fuere para juntar rituales.
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Tampoco lo veremos esta vez en la Argentina porque se hace en la madrugada, tal como ocurrió con el del 26 de diciembre ppdo. Sólo será visible en Asia, Africa y el sureste de Europa.
fuente: wikipedia
.¿QUÉ TIPO DE MEDITACIÓN O REFLEXIÓN PUEDE AYUDARNOS DURANTE UN ECLIPSE SOLAR?
Lo que sigue es transcripción casi literal de lo que ofrecí el pasado 26 de diciembre 2019. Vuelvo a reiterar mi opción personal, tal como la pongo en cada entrada referida a este tipo de eclipse (solar), y siempre recordando hay otras, originadas en diversas miradas y tradiciones.
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Para mí, la mejor actitud para un eclipse solar es el silencio y la calma interior.Y en el momento exacto del eclipse generar un vacío en nuestras mentes para que -desde lo abierto del sistema solar- se complete el recorrido o guión nuevo de esa instancia creativa interior/exterior. Para nosotros, si es que aún estamos despiertos, serían las 3:43 AM del domingo.
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Puesto que habrá un apagón y un reencendido de la luz solar, tapada por la Luna, podríamos con sensatez invocar renacimiento en la visión y comprensión de nuestros deseos personales y de nuestra vitalidad, en todo el espectro de la misma, desde la sexual hasta la intelectual y espiritual. Asimismo, leer nuestros miedos a la intensidad o a los saltos imprevistos de la vida, de una manera totalmente diferente a partir de ahora.
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Pero el riesgo de la polarización reside en nuestro psiquismo.Se sugiere por lo tanto no descartar la posibilidad de un contacto inmaduro y regresivo con estas mismas energías. Aquí es donde parecen corroborarse las visiones medievales, siempre apocalípticas, de los eclipses.
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¿De qué depende que se precipite una opción negativa o que, por el contrario, se nos revele el tesoro alquímico de semejante configuración? De nosotros mismos. Aquí es donde muchas almas desesperan :"¿de qué puede servir mi intención personal de madurar, si el grueso de la humanidad se comporta de manera ciega y cada vez más inmadura?"... Nuestra apuesta es: invoquemos, para convocar.
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Confiemos en el poder de "precipitación cósmica" de los rituales. No con una confianza ciega y dogmática, sino basada en la exploración del orden general del mundo, del cosmos, de las cosas (que nos incluyen). Confiemos en el poder -verificable y constatable- de la "masa crítica" y sigamos sumando, aunque sea en apariencia uno a uno. Hasta que de pronto se verifica la avalancha, el ensanchamiento de la senda de las conciencias particulares. Y sin previo aviso irrumpe la progresión geométrica de las nuevas cualidades suscitadas por nuestra percepción colectiva.
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EL ORBE TEMPORAL O RADIO DE ALCANCE de la vibración del eclipse -según varios autores- se puede extender por semanas. Yo prefiero situar la atención al mismo en un par de días, previos y posteriores. Es cuestión de registrar nuestras respectivas experiencias.
EL ECLIPSE DE SOL EN RELACIÓN CON NUESTRO PSIQUISMO, tiene que ver con la simbolización de la conciencia y con la apertura de la intuición. Con el "farol", podríamos decir, que intentamos mantener encendido a lo largo de nuestro camino de individuación. Esta creencia aplicada a lo astrológico arquetipal, si bien remozada a partir del siglo XX por la psicología jungiana, es sin embargo de larga data. Proviene desde antiguo, está ligada a la tradición mística y como toda creencia -por sincronicidad- aplicada a los ritmos y ciclos del sistema solar y de la galaxia. Aplicada a nosotrxs mismxs, podemos decir sencillamente que opera. Intenta reiterar su guión de imágenes en nuestro inconsciente, sincrónicamente a la reiteración del movimiento geométrico en el cielo.
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"EL SOL SE OSCURECE EN PLENO DÍA" dice ese guión -tanto estelar como psíquico- como cuando la tea es recambiada para que el fuego no se apague. El apagón es conmocionante para nuestra conciencia distraída; imaginen el impacto en la antigüedad. Sólo los astrólogos/astrónomos podían predecirlos. Su prestigio ante faraones y reyes derivó de estos cálculos, así como la creciente sombra de su poder -supuestamente predictivo- en las cortes.
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En clase suelo usar este ejemplo: si nuestra conciencia fuera la pantalla de la computadora, ésta cada tanto se oscurece cuando desde "la red" se nos pide resetear el sistema. Generalmente esto ocurre cuando hay que actualizar programas nuevos, muchos de ellos provenientes de zonas de la gran red cibernética de la que la mayoría de nosotros no tiene la menor idea. Hay inquietud porque no sería la primera vez que se nos "tilda" la máquina y nos cuesta enorme trabajo volver a iluminar la pantalla y poner todo en nuevamente en funcionamiento.
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EL ECLIPSE DE SOL OSCURECE MOMENTÁNEAMENTE el contacto con la fuente de la que emana nuestra conciencia de ser, nuestro centro irradiante. Parece un salto cualitativo y podríamos ligarlo a "lo uraniano" tal como lo entendemos en su sentido evolutivo. Algo queda suspendido, entre paréntesis, fuera del tiempo y el espacio, hasta que retomamos el camino. Y cuando lo hacemos, sin recordar lo que pasó en el medio, ya somos otros.
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SI NOS ASUSTAMOS, si nos estancamos emocional y mentalmente, entonces ocurre lo que la astrología tradicional "predice" habitualmente para los eclipses solares: acontecimientos enojosos a veces extremos, achicamientos varios, situaciones de reducción de fuerza y energía físico-psíquica, proyectadas en acontecimientos de nuestra vida cotidiana e incluso de la vida comunitaria y social. En razón de la sincronicidad antes apuntada -entre movimientos reales del cielo y creencias- aparecen como de costumbre las profecías auto-cumplidas que no son sino esto: anticipaciones generadas por el miedo de nuestra especie mamífera. La presión co-creadora del psiquismo colectivo hace que luego ocurran y generen consecuencias. Hipótesis auto-predictivas.
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SI NO NOS ASUSTAMOS, permitimos que "algo" del sistema amplio, desde el centro mismo del sistema -el Sol- amplíe nuestra conciencia. Claro que eso ocurrirá luego y no necesitamos controlar cuándo.
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En los momentos previos y durante el eclipse solar mismo no tiene sentido esforzarnos por sentirnos "armónicos y satisfechos". No se trata de un tránsito de Júpiter en la simbolización de armonìa y fluidez que habitualmente le conferimos.
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EN EL MOMENTO MISMO DEL ECLIPSE, en esos breves minutos de su duración, estamos "en pleno apagón" y luego pasamos al sacudón del pleno reencendido. Si el correlato psicológico es de inquietud, angustia, perplejidad extrema ... sintamos que el riesgo vale la pena. Si intentamos "conducir" demasiado estos minutos de apagón/reencendido... en mi opiniòn sólo lograremos calmarnos pero nos estaremos perdiendo algo esencial. Creyendo que hacemos lo que "se debería hacer en un eclipse para que éste resulte benéfico", lo único que logramos es invocar viejas creencias, cada vez más en desuso. Ellas hacen que los frutos de nuestra conciencia sean repetitivos, rígidos, encuadrados y dogmáticos.
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Durante algunos minutos previos y otros posteriores, en el caso de estar despiertos a esa hora, podemos meditar en el silencio y el vacío de la mente, quedando lo más en blanco que nos sea posible. Si existieran residuos emocionales que impidieran el reencendido consciente de la fuente solar que nos alimenta, confiemos que el trabajo igual se hará desde las profundidades de nuestro inconsciente, alineado con el movimiento del cielo nos guste o no, lo sepamos o no. Para los que ya estén durmiendo en ese horario alcanza con irse a la cama con una predisposición meditativa.
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Se comprende por qué relacionamos estas invocaciones con una interpretación astrológica positiva, blanca, luminosa, que salga del corazón pero que a la vez sea el intento de una lectura lo más rigurosa posible. Que no sea un invento o un producto new age infantil; que se pueda sostener desde el rigor de la simbolización y que se la pueda alinear con la observación del movimiento objetivo del cielo.
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Si interpretamos qué rol juegan la Luna y el Sol en todo eclipse, quizá podamos invocar esa energía desde el corazón y la mente de cada uno, así como desde el corazón y la mente de cada grupo, país o el planeta entero, para que esa síntesis potencie nuestra vibración invocatoria. Intentemos que salga desde el cardíaco y la coronilla y no desde el plexo. Desde el ser y no como un deseo meramente eufórico o hechizante de nuestras personalidades.
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Invoquemos entonces para que, individuo a individuo y desde la solaridad de cada uno, toda la humanidad tenga la oportunidad de afinar, reencender y potenciar la percepción consciente sobre el viaje colectivo humano, planetario y del sistema solar.
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Opino que es preciso asumir ese riesgo con decisión y valentía porque en los albores de la Era de Acuario, necesitamos como humanidad mirar cara a cara los vestigios más oscuros de nuestras fascinaciones neptunianas, allá abajo y en lo profundo de nuestro inconsciente colectivo. Con el riesgo, desde luego, de quedar capturados por el hechizo de ese pasado milenario.
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Habrá que tolerar que la pantalla -la conciencia- también se apague en este sector, dejarla en blanco por unos minutos, e invocar la presencia de nuevas cualidades que sumen al bagaje anterior.
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INVOCACIONES POSIBLES: ORIGINADAS EN LOS DISTINTOS GRUPOS DE NUESTRA RED.
Si la Vida necesitara algún aporte nuestro, en tanto que individuos capaces de interpretar estos signos en el cielo, confiemos que seguramente nos entregará sucesos a leer como mojones.
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Notemos qué diferente es esta predisposición, a la creencia tradicional que nos dice que es posible predecir sucesos puntuales antes de la formación del eclipse. Notemos cuán diferente es esta invocación, a situarnos en la (generalmente ingenua) posición de lectores privilegiados de las estrellas, capaces de leer de antemano "lo que va a pasar".
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Que nuestras lecturas sean en lo posible positivas, blancas, cultivadoras de la inofensividad y salgan del corazón. Que sean intentos de "lecturas en contacto" pero a la vez rigurosas y con disciplina investigadora. Que podamos distinguir planos, niveles, universos intersecados en nosotros y en lo amplio que nos incluye. Si entre varios invocamos algo positivo durante un eclipse de sol, reforzaremos creencias co-creadoras positivas. Que cada uno reencienda su farol y que la red de fuegos singulares se acreciente y potencie.
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Hasta aquí, el texto que sigue vigente (y que subí el 26 de diciembre pasado). Ni imaginábamos que la pandemia la cuarentena nos iba a encontrar en esta situación, durante este otro eclipse solar.
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LOS ECLIPSES EN NUESTRAS CARTAS NATALES Y EN LA CARTA DE NUESTRO PAÍS
Es sumamente enriquecedor meditar y reflexionar el ritmo de los eclipses, aplicados a nuestros temas natales.
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Para quienes aún no tengan tantos conocimientos, alcanza con que observen el grado en el cual se hace el eclipse (0:21 de Cáncer). La simbolización otorgada a este signo puede permitirnos tomar contacto con el refugio, el interior de las moradas -exteriores e interiores- la empatía con el prójimo. Siempre en relación a los rubros que indique la casa de la carta natal en la que cae. Desde allí, con algo de ayuda por parte de algún astrólogo amigo, se podrá ligar esta información a los sucesos de la vida cotidiana y de nuestros vínculos, que pueden preocuparnos.
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Hasta pronto. Bendiciones para todas y para todos...
ow
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NOTAS: para lxs astrólogxs de nuestros grupos (no haré desarrollos interpretativos en esta entrada, salvo algunos breves comentarios. Sólo dejaré consignadas las posiciones, para usarlas en clase)
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En la carta de la Argentina: caerá en la casa IX, muy cerca de su Mercurio a 6 de Cáncer.
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Manuel Belgrano tenía también su propio Mercurio a 6 de Cáncer, quizá su pensamiento tan ligado a la protección material, social y cultural de la población de su incipiente país, esté ligado a esta conjunción.
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A Cristina le hace un trígono a su Sol a cero de Piscis: aspectación armoniosa suelen decir lxs astrólogxs tradicionales.
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A Alberto le completa una T cuadrada (con su Saturno-Mercurio natal). Parece una obviedad, dada las dificultades que debe afrontar en la comunicación de las medidas de cuarentena (ante parte de la población, lxs anti-cuarentena y otrxs "rebeldes" por llamarlxs de alguna manera).
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A Axel le hace cuadratura a su Sol libriano: y de la misma manera podemos leer estos tironeos comunicacionales, en su caso confrontando con su propia identidad gubernamental.
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SAROS Y LOS "RELATOS DE LA TIERRA"
Esta es una investigación grupal de hace unos años, que nos tiene muy estimuladxs por los tesoros que vamos descubriendo. No es éste el artículo donde me voy a referir a ello. Sólo quiero dejar consignado que los eclipses de esta línea Saros 137 -70 en total- se producen en el nodo ascendente de la Luna.
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El primer eclipse de la serie tuvo lugar el 25 de mayo de 1389, en Siberia oriental (Rusia) cerca del círculo polar ártico. Era la época de Basilio I de Moscú, quien se encontraba en plena expansión y unificación de los territorios rusos.
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INFORMACIÒN ÚTIL PARA LOS EXPLORADORES DE ECLIPSES:
FUENTES
Jansky, Robert Carl: “Interpretación de los Eclipses”, Málaga, Ed Sirio, 1988.
“ “ “ : “The Eclipse as a Tool in Prediction”, Astrology Now, 1976
Ruperti, Alexander. "Ciclos del devenir: pauta planetaria de crecimiento", Bs As. Kier, 2005
Rudhyar, Dane: "El ciclo de las lunaciones", Málaga, Sirio, 1987
Una página didáctica sobre Saros y Ciclo Metónico
http://www.oarval.org/metonicsp.htm
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