domingo, 24 de noviembre de 2019

CUMPLEAÑOS NRO. 71- SEMANA DE FESTEJOS

DE MARTES A VIERNES, FESTEJOS CONTINUADOS...
¡GRACIAS QUERIDXS AMIGXS!
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MARTES 19 DE NOVIEMBRE
Día exacto de mi cumpleaños

A punto de cumplir los setenta y un años. Suena imponente. Una antigua amiga decía "yo no es que no quiera decir mi edad, lo que no quiero es escucharla"...


Martes 19 de noviembre 2019. Cuarto año, casi egresados. Son diez en total...¡hoy faltaron cuatro, todxs justificadamente y con gran pesar por no asistir a la celebración! El martes que viene la repetimos chicxs.


Mi revolución solar 2019-2020: ascendente en Acuario, Sol en XI... Mucha sociabilidad y redes, más aún? Pero con la casi conjunción Saturno-Plutón en XII: por ahora lo vibro desde la gran angustia que me producen los sucesos en nuestra región latinoamericana.


Un regalo hermoso y personal: agenda con la cara de Cristina en la tapa...¡gracias Valeria, cómo me conocés!
.
Y otros dos regalos de la sincronicidad, nuestra brújula colectiva y grupal. Reapareció un cuento que había escrito en 1988, que titulé "Un lugar de encuentro llamado Casa XI"...¡en el mismo momento en que estaba escribiendo el libro sobre los levantamientos en Oruro, en el siglo XVIII, para la Cambridge University Press! ... Allí estudié a fondo los levantamientos de Tupac Katari, cuya voz hoy resuena desde la hondura de la historia boliviana. Y la verdad, tampoco lo recordaba demasiado... Avatares de mi pasado como ghost writer. Hasta que apareció esta semana,junto con el viejo cuento. (luego les contaré más)
Freyja, la alumna más atenta y aplicada: "si, mi mami tiene un pasado de ghost writer. Porque en su juventud, a lxs investigadores del Conicet los mandaban a lavar los platos. O a buscarse algunos otros rebusques para sobrevivir. Eso me contó ella muchas veces".
La mesa de festejos de lxs astrólogxs.
El Grillo Fassi: compañero de signo solar.
Aquí con la reina Cristina Elisabet. Ya de retorno en la patria, por suerte... ¡se la extrañaba!


Los dos escorpianos del grupo, a punto de soplar sus velas. Previamente cada unx pidió sus tres deseos...
¡y que se cumplan!
Reivindicando el magno signo escorpiano, es bueno poder compartir "proyecciones"...

Recordando trayectorias, en astrología pero sobre todo en Arquetipos.

¡chin chin... por el signo más injustamente incomprendido del zodìaco, pero que paradójicamente enorgullece a sus usuarios!

Evocamos con el Grillo todo nuestro recorrido juntos... Sobre todo desde 2012 a la fecha...
¡y la selfie del final, gracias chicxs! los etiquetaré a todxs...

¡chin chin y con esto cuarto año, casi egresados, termina hoy su festejo escorpiano!

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MIÉRCOLES 20 DE NOVIEMBRE

DÍA SIGUIENTE, 20 DE NOVIEMBRE ...SIGUE LA SEMANA DE FESTEJOS.Aquí con el grupo de Supervisión de cartas. Hoy no pudieron estar Carlota y Gloria.


Con los jazmines de la época. Siempre los asocio con los días de mi cumple, junto con los jacarandás florecidos... ¡gracias Ale!

Brindis inicial

Pero también debatimos, sobre todo hoy el tema es Bolivia. Injustas e inoportunas críticas a Evo, que nos impactan desde el campo feminista.

Necesitamos abrir más champagne... ¡te extrañamos, Leonel Meunier, está muy duro el corchooooo!

Pero el método de la bisagra de la puerta, especialidad de Ana Rubiolo, enseguida nos saca del apuro.

¡Más vale maña que fuerza...!

Las chicas todopoderosas... ¡nada se interpone en nuestro camino!

Primera selfie para el final.

Y última selfie para el final, ahora sí.... ¡igual algo trabajamos, sólo que no quedó testimonio gráfico...! 
🤓👩‍💼
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JUEVES 21 DE NOVIEMBRE

JUEVES 21: SIGUE LA SEMANA DE FESTEJOS.
Reunión de familia, cena en restaurante árabe, delicias inconcebibles. Aquí con mi hermana Liliana Weimer y su socia (y mi alumna) Valeria Casielles.


FOTO DE FAMILIA TRADICIONAL
La hermana mayor (cada vez más mayor) sentada y detrás "la menor" que es en realidad la del medio. El menor en serio ya saludò por wsap.
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VIERNES 22 DE NOVIEMBRE
22 DE NOVIEMBRE: CIERRE DE LA SEMANA DE FESTEJOS. Aquí con el grupo de egresados de Solsticio presencial. Freyja escuchando escondida, no quiere perderse una.
EL DÌA ES INQUIETANTE, CADA VEZ MÁS.
Tema central: Bolivia y, desde luego, toda la región. Centro del debate: lo enviado por Rita Segato a raíz del golpe en Bolivia. Gran decepción.
Pese a todo, no queremos que el "encierro neoliberal" en nuestras fronteras nos prive de nuestra propia celebración. Nos preparamos para el 10 de diciembre, todxs juntxs, en Iberia. De allí al Congreso a saludar a nuestros nuevos gobernantes.


Y entonces festejamos como nunca: no sólo con champagne sino además con helado de limón...¡gracias Leonel Meunier! chin chin con el riquisimo Lemon Champ... Por Cristina y por Alberto !!!
Regalito del grupo... hermosa remera con el floreado a la moda...¡fue el año de las remeras, recibí tres, qué bien que me vienen!
Y CIERRA LA SEMANA DE FESTEJOS, CON LA ÚLTIMA SELFIE... Faltan Carla Pandolfo y Evangelina López... Ya habrá una grupal completa, en cualquier momento... ¡gracias a todxs, hermosa semana!
ow



CUARTO AÑO 2019, CASI EGRESADXS, BRINDIS DE FIN DE AÑO

UN LUGAR DE ENCUENTRO LLAMADO "CASA XI", recuerdos de una lejana época

Por Olga Weyne

Relato o divertimento escrito allá lejos y hace tiempo, (estimo que en el año 1988). Al año siguiente arrancaría mi ciclo Sol-Luna capricorniano. El año previo -en marzo de 1987- había comenzado una experiencia personal, vincular y grupal de larga data, que cambió mi vida para siempre.

Lo que sigue, como es obvio, nada tiene que ver con la actual Casa XI, cuyo derrotero y contenidos desconozco pero sigo presuponiendo fértiles y creativos, como en los tiempos fundacionales a los que se refiere este relato.

Supongo que en aquellos momentos lo escribí para no aburrirme tanto, en medio de mis informes al Conicet, y por eso quedó herrumbrado entre viejos papeles.

Por lo poco que recuerdo sólo lo hice circular, casi como un guiño cómplice, entre amigxs de aquellos tiempos. Y como tantos otros escritos de mi vida, luego lo olvidé.

Por algo saltó a mis manos ahora, en pleno arranque de mi nuevo ciclo sol-luna, ahora acuariano. Va tal cual…

ow
CABA, 16 de noviembre 2019
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In memoriam Alejandro "el Turco" Fau.
Y de todxs los fundadorxs de este lugar entrañable que quizá nos acompañan a esta altura de la Vida -y yo no me he enterado- en otra dimensión del mismo Gran Viaje.
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Año 3880 en algún lugar de la Vía Láctea. Un congreso intergaláctico de Historia Antigua de las Civilizaciones Universales acaba de congregar a un número selecto de historiadores.

Una de las comisiones, que se ocupó del “Período de transición de la así llamada Era de Acuario, en el planeta Tierra”, recibió el aporte de muy distinguidos investigadores. Como se sabe ese planeta fue, en los últimos dieciocho siglos, uno de los más estudiados por los científicos de varias galaxias, debido a sus peculiaridades. Seguían fascinando a historiadores y antropólogos del cuarto milenio las distintas variantes y soluciones que los humanos aplicaron a sus vidas, durante esa transición desde la Era de Piscis a la de Acuario (nomenclatura usada en dicha región para la época histórica analizada). Aparentemente, pocas etapas de la historia terrestre fueron tan decisivas en cuanto a su evolución, al menos desde los oscuros y remotísimos tiempos de la mítica “Atlántida”, por algunxs asociada con ciclos de la vida terrestre remotísimos y no documentados.
……

EL PROFESOR KESH JASSIN HA OCUPADO SU ASIENTO DE EXPOSITOR. Va a relatar ante sus colegas el resultado de una investigación sobre un tema que lo apasiona desde su juventud: la historia de los antiguos “cisplatinos”. Estxs hombres y mujeres vivieron en uno de los exóticos países del cono sur americano del planeta Tierra, en pleno proceso de mutación, a fines del siglo XX.

Pocos documentos quedaron, lamentablemente, después del conocido fenómeno de expansión del agujero de ozono, cuya incidencia en el salto evolutivo de la especie humana todavía está, en pleno año 3880, en etapa de estudio.

Al profesor Jassin siempre le interesaron los “cisplatinos” de esa ciudad mítica –que algunos suponían inexistente o una mera invención de los relatos antiguos- llamada “misteriosa Buenos Aires”.

EN ESTA OPORTUNIDAD JASSIN TENÍA UNA CARTA FUERTE PARA JUGAR ANTE SUS COLEGAS, quienes solían subestimar su interés por la historia de tal lugar recóndito de ese planeta a la vez menor y en decadencia: la Tierra. Había encontrado documentos inéditos, de primera mano, en una de sus excavaciones personales en la exótica ciudad abandonada. Estos versaban, nada más y nada menos, que sobre un grupo peculiar de humanos agrupados en un curioso “lugar de encuentro”, quienes se dedicaban a tareas no del todo usuales para la época.

Con esta ponencia Jassin se proponía corroborar su vieja hipótesis: no sólo la vibración -llamada “acuariana” en esos tiempos- había sido sumamente intensa ya a fines del siglo XX sino que, además, muchos humanos habían adquirido alta conciencia del fenómeno. Como si fuera poco, con sus primitivos instrumentos mentales intentaron asimilar y difundir los efectos del nuevo estado vibratorio del planeta.

JASSIN MIRÓ DE REOJO A SUS COLEGAS. Estos siempre habían rechazado su teoría, aferrados a las interpretaciones clásicas. Supo que intentarían ridiculizar sus argumentos. Sentada frente a él y dispuesta a escucharlo, la profesora Rimala le giñaba un ojo, cómplice. Ella saldría en su apoyo, él ya lo sabía, aunque a decir verdad nunca había podido convencerla enteramente de la importancia de su descubrimiento.
……..
EL PRESIDENTE DE LA COMISIÓN LO AUTORIZÓ A INICIAR SU RELACIÓN. Jassin expuso el título de la misma: “Un lugar de encuentro llamado Casa XI, en la Misteriosa Buenos Aires, Planeta Tierra, fines del siglo XX, según calendario local”.

Se aclaró la voz procurando que sus manos no temblaran al sostener los documentos y, tratando de no mirar las caras desdeñosas del equipo de la Universidad Galáctica de Andrómeda, comenzó a desgranar sus argumentos.

-Voy a referirme a la historia de un grupo humano, en el período comprendido entre 1986 y mediados de 1988, calendario local, pues son los únicos años sobre los que pude rescatar algunos documentos –comenzó Jassin humildemente, con voz vacilante.

-Ya lo suponía. Para colmo, una simple y pedestre narración –musitó el Licenciado Gornajur, con su cara habitual de tedio. Un golpe colocado en las costillas por el codo de la profesora Rimala lo hizo callar.

-Pido a los presentes atención a la narración del colega –dijo el presidente.

-Tengo conmigo un conjunto de papeles, anuncios de carteleras, clases impresas y algunas cintas grabadas. Como sabemos –continuó Jassin, paulatinamente más sereno- los humanos de esa época aún utilizaban medios de impresión y comunicación primitivos. Pude establecer así que ese lugar, ubicado en un paraje denominado “Palermo Viejo”, había sido una casa antigua compuesta de planta baja, un primer piso y una destartalada terraza. El primer año de su funcionamiento fue 1987, según calendario local.

-¿A qué se dedicaban los miembros de esa institución? –inquirió, impaciente, un integrante del prestigioso equipo de la Universidad de Orión.

-Aparentemente, al estudio de la astrología.
-¿Cómo “aparentemente”, profesor? ¿No pudo siquiera establecer con seguridad la ocupación de su grupo de estudio? –arremetió Gornajur.

-Bueno, ocurre que en realidad es difícil responder a eso… -la profesora Rimala lo alentó con el brillo de sus ojos claros. –Es decir, por un lado es evidente que se dedicaban a la astrología; puedo probarlo –Jassin comenzó a extraer viejos restos de clases impresas y otros papeles. –Ya ven, son pilas y pilas de hojas escritas con la vieja tecnología, donde la cuestión es clara. Se habla de astrología. Pero …
…..

LAS MIRADAS COMENZABAN A ENTRECRUZARSE, SIBILINAS. Los miembros de las universidades galácticas se concentraron en sus propios documentos dejando ostensiblemente de prestarle atención. El presidente lo apremió: -Prosiga Jassin, por favor, y sea sintético si es posible.

-Gracias doctor. En realidad lo que quiero decir es que, si bien la astrología era lo que convocaba a esa gente, la manera de transmitirla no era la habitual, al menos para ese rincón del planeta o como se sabe que era aprendida en gran parte de las escuelas de astrología de la época. Vean, sino, los libros que quedaron enterrados bajo lo que, supuestamente, fue su biblioteca: revelan un enfoque esotérico, se habla en ellos de los más diversos temas. Las clases, incluso, además de transmitir los aspectos básicos del código astrológico de la época, dicen cosas como éstas, si me permiten que les lea:

“…la tonalidad de la CONJUNCIÓN es violar lo que es esencialmente capricorniano: la planificación. Se trata de una oportunidad muy grande para profundizar este tipo de proceso: poder avanzar sin planificación. Esto es, aprender a moverse sin metas”.

-¿A qué “conjunción” se refiere? -preguntó desconfiadamente Gornajur.

-A la de Saturno / Urano, Licenciado, la que desde el punto de vista de la Tierra se produjo en 1988 con resultados que todxs conocemos –replicó a su lado Rimala, con cara displicente. Gornajur calló, avergonzado.

-Ahora bien, profesor Jassin –interrumpió el profesor Ashyats, del grupo interdisciplinario de la universidad galáctica de Messier. –No pretenderá Vd. hacernos creer que esas clases eran dictadas grupalmente o que el grupo las generaba por sí mismo. En ese período de la historia terrestre, las clases eran aún dictadas por maestros o profesores y los alumnos o estudiantes, en suma, recibían la información directamente, “desde arriba”.

-En efecto, alguien las dictaba –reconoció Jassin. –Pero aquí reside lo interesante de este fenómeno. Estos viejos papeles revelan que el grupo se debatía en un dilema, en el que se adelantaban cuestiones típicamente acuarianas: la superación del egoísmo individual, la fluidez de las relaciones grupales, etc.

-Al grano, profesor. Alguien dictaba las clases y había gente, alumnos, que las escuchaban. ¿Dónde está la originalidad de su “grupito acuariano”? ¿En qué se diferenciaba de otras escuelas de la época? –volvió a interrumpir, sin hacer caso de las miradas fulminantes de Rimala, el Licenciado Gornajur.

-No he dicho lo contrario. Sí, eran dictadas por alguien, sólo que …

-Sea sintético, profesor –indicó el presidente. –Dé el nombre, si es que logró averiguarlo, de quien dictaba las clases.

-Pues bien, si, aquí figura su nombre. Era alguien a quien todos llamaban “Eugenio”, sin otras aclaraciones. Pero, si me permiten proseguir, querría referirme a las características de las relaciones entre esta persona y el resto.

-Una moción de orden, por favor –la voz de la profesora Rimala se escuchó tajante. –Pido a los colegas que dejen al profesor Jassin continuar con su narración, sin interrupciones.

-Concedido, profesora –respondió el presidente, mirando con cierto aire reprobatorio a Rimala. –Pero sea sintético, Jassin.

-A LO LARGO DE ESTOS DOS AÑOS QUE PUDE DOCUMENTAR -1987 Y 1988- PARECE QUE OCURRIÓ LO SIGUIENTE.
Antes de 1987, los cursos se dictaban en la casa particular del tal Eugenio o en lugares especiales que éste alquilaba. Pero hacia agosto de 1986 hizo una convocatoria a la gente de tercer año y a algunos egresados de los cursos. La propuesta fue, básicamente, que la única manera de seguir aprendiendo cosas era haciendo un trabajo grupal, algo que los obligara a salir de ese vínculo unidireccional que todos tenían con él hasta ese momento. Eso les permitiría descubrir nuevas relaciones energéticas entre todos en tanto que grupo y sería la única manera de trascender la astrología centrada en la carta individual, tal como se la enseñaba tradicionalmente,

Ahora bien –Jassin tomó aliento, y prosiguió –parece que el mencionado Eugenio preguntó a la gente si se sentían dispuestos a apoyar tal proyecto, porque no era una idea que él deseara sostener individualmente. Tengo en mi poder un reportaje grabado donde éste aclara, relatando esta etapa, que tal esfuerzo de transformación de los cursos era innecesario para él, personalmente. Pero que lo entendía bueno para el grupo, como tal.

Las caras de los miembros de la comisión comenzaban, lentamente, a adquirir indicios de interés por el relato de Jassin. El grupo elitista de la universidad de Andrómeda, que hasta ese momento había permanecido al margen repasando sus propias ponencias, comenzó a tomar algunas notas. ¿Y si este modesto profesor de la periferia había realmente descubierto algo interesante, acerca de la historia de los míticos “cisplatinos”?

-Se dieron así algunos esquemas iniciales de funcionamiento –prosiguió Jassin, palpando con expectativa el interés incipiente de su auditorio. –Al principio, surgió la palabra “club”. Se pensaba en un lugar donde se pudiera confluir, donde los miembros del grupo pudieran reunirse, abrirse entre sí y obtener, entre ellos, cosas nuevas.

-¡Qué novedosa, la idea del “club”! ¿A esto le llama un “anticipo acuariano”? Si los clubes proliferaron sobre la Tierra desde el siglo XVII de su historia occidental –musitó burlón por lo bajo Gornajur, antes de recibir otro violento codazo en las costillas por parte de la profesora Rimala.

-Finalmente –proseguía Jassin, sin inmutarse- Eugenio compró una casa en la calle Cabrera al 3000 y propuso lo siguiente: la mitad de la superficie física de ésta quedaría a disposición del grupo, para que hicieran lo que quisieran. La condición era que los gastos materiales correrían por cuenta de los miembros del mismo. La otra mitad correspondería al mismo Eugenio, quien proseguiría allí con sus cursos.

Se hicieron las primeras reuniones organizativas, aún en el domicilio particular de éste. Al grupo inicial se incorporaron algunas personas de primer año. Reunión tras reunión, iban barajando distintas ideas: si el “club” debía o no cobrar una cuota, qué actividades específicas podrían realizarse, etc.

A FINES DE 1986 SE HIZO LA “FIESTA INAUGURACIÓN” DEL NUEVO ESPACIO FÍSICO. Hay que aclarar que la casa de Cabrera estaba, todavía, totalmente destrozada porque se trataba de un edificio antiguo. Era un escombro puro. Con gran esfuerzo y entusiasmo, los miembros del “club” se dedicaron a montarla y equiparla durante las vacaciones.

Se formaron grupos voluntarios y se hicieron trabajos casi heroicos. Uno de éstos fue bajar los techos, por ejemplo. Fue una tarea casi “plutoniana”, realizada por tres o cuatro de ellos, única en su tipo. Directamente con un palo, golpearon el cielorraso antiguo hasta que los bloques de material fueron cayendo, uno por uno, en medio de un estruendo de polvo, fragmentos de mampostería y de ladrillo.

-Sintetizando, Jassin –interrumpió, haciendo uso de sus derechos de coordinador, el presidente. -¿Vd. quiere significar con esto que toda la restauración de la casa fue una tarea comunitaria?

-Bueno, sólo en parte. El arreglo de toda la parte posterior de la casa, incluido el baño, corrió por cuenta de Eugenio, como así también la pintura y el arreglo de todas las paredes. Lo que se hizo grupalmente fue pintar dos piezas. También, dos arquitectos del grupo se encargaron de la asesoría: diseño, colores, etc., lo que ayudó muchísimo en el proyecto.

EN MARZO DE 1987 COMENZARON LAS ACTIVIDADES EN EL NUEVO LUGAR DE LA CALLE CABRERA. Y aquí viene la parte más interesante de esta historia, al menos la que a mí me ha interesado rescatar –la voz de Jassin, cada vez más dueño de la situación, se hizo sugerente.

–Estimados colegas, puedo afirmar que lo ocurrido a continuación, en ese “lugar de encuentro”, tuvo más que ver con el proceso interior de sus ocupantes que con sucesos aparentemente exteriores.

Jassin hizo un paréntesis para tomar aliento y ordenar sus documentos, aprovechando para espiar por el rabillo del ojo al auditorio. Sus integrantes se miraban unxs a otrxs con caras perplejas, pero no hablaban entre sí. Era evidente que había logrado captar su interés, salvo el irreductible Gornajur quien continuaba taladrándolo con sus ojos burlones. A su lado, Rimala le sonreía amistosa, instándolo a continuar.

-Prosiga, profesor, y sintetice –salmodió el presidente.

-Pues bien, señores –siguió Jassin. –Pese a lo novedoso de todos estos cambios, pude constatar un fenómeno extraño. Casi el 90% de los concurrentes a la nueva Casa no estaban, en ese momento, al tanto de la nueva forma organizativa asumida.

-¿A qué se refiere? -inquirió uno de los miembros del grupo de Orión.

-Me refiero a lo siguiente. Es evidente que este grupo, como todos los de la época, vivía aquejado por un mal crónico: la información mal canalizada. Sabemos que los hombres y mujeres de fines del siglo XX, en la Tierra, se consideraban ingenuamente beneficiarios de sus “modernísimos” medios de comunicación. A mil ochocientos años de esa historia, hoy hemos comprendido que confundían cantidad con calidad. Pues bien, los miembros de esa Casa de la calle Cabrera no escaparon a dicha limitación.

De manera que las reuniones entre los miembros del “club” continuaron, a principios de 1987. De a poco, no obstante, comenzaron a sentir el peso de las palabras. Al decir “club” o “cuota social”, fue tomado entidad la idea de “socios beneficiarios”. De allí, inevitablemente, derivaron a la de “comisión directiva”. Ésta, en los hechos, nunca existió. Era una especie de comisión fantasma, una suposición del resto de los miembros, entre los que cundía la desinformación. Muchos pagaban su cuota pero a veces no sabían bien de qué se trataba, ni los beneficios que a través de ella podían obtener.

-Perdón, profesor –la voz del miembro coordinador de la Universidad de Messier interrumpió, aunque respetuosamente. –Me gustaría preguntarle dónde, concretamente, ha encontrado Vd. la peculiaridad de este grupo. Hasta ahora, según su relato, el funcionamiento parece haber sido el típico de la era pre-acuariana: los individuos funcionaban por su lado o en un grupo cerrado; mientras que la energía constructiva global no acababa de generarse.

-Es que este grupo, a mi criterio –respondió Jassin- intentó con esfuerzos conmovedores superar todas esas rémoras e incorporar, en lo posible, los aires de renovación que ya se hacían presentes en el planeta. Su historia fundacional no fue quizá de logros definitivos, lo reconozco, pero sí de esfuerzos e intentos constantes de superación. Vea sino, estimado colega: después de lo antedicho, cuando descubrieron que a través de ese “club” sólo habían recreado una estructura antigua, surgió entre ellos la primera crisis. La denominaron “la crisis de Tauro”, porque tuvo lugar entre abril y mayo de 1987. ¿Qué hicieron? Pues decidieron, en principio, arrasar con todas esas palabras desgastadas. Terminaron con el “club”, con la cuota social, los beneficios y el fantasma de la comisión directiva.

HACIA MAYO DE 1987 APARECIÓ, Y NO PODÍA SER DE OTRA MANERA, UN NUEVO NOMBRE: “LA CASA XI”. Tras él, otras reformas profundas. Básicamente, decidieron implementar medidas urgentes para recaudar fondos: ventas de libros, publicaciones varias, conferencias del propio Eugenio y de otros invitados. Concibieron también otros planes más ambiciosos que, al menos hasta mediados de 1988, que es el período hasta donde logré investigar, no habían podido concretar. Por ejemplo, comprar una fotocopiadora, un televisor para pasar videos, una biblioteca estable.

Los ojos de los asistentes iban despidiendo destellos crecientes de simpatía. El relato del profesor, pese a su simpleza, lograba conmoverlos. De a poco, la sintonía grupal dentro de la comisión se fue ajustando y todos, como si fueran uno, visualizaron las caras de esos lejanos seres terrestres de fines del siglo XX.

ERA DIFÍCIL, PARA QUIENES VIVÍAN EN EL AÑO 3880, COMPRENDER LAS LIMITACIONES TERRIBLES PADECIDAS EN AQUELLA LEJANA ÉPOCA. ¡Pensar que consideraban una meta casi imposible, la obtención de una máquina fotocopiadora o de una video cassetera, antiquísimos y obsoletos medios de comunicación, tan alejados ya en el tiempo!

Casi sin advertirlo, las cuitas de los miembros de esa curiosa Casa XI cobraban carnadura. Todos revivían, a través del relato modesto de Jassin, las vivencias de los hombres y mujeres de aquella remota época de transición, en esa aún más remotísima “misteriosa Buenos Aires” de fines del siglo XX. Hasta Gornajur callaba, sumido en el pensamiento grupal originado por sus colegas.

Pero Jassin proseguía, imperturbable y concentrado en su narración: -hacia la época de Géminis de 1987, los miembros de la Casa XI concretaron su nueva forma organizativa, adoptando para ésta un nombre bastante curioso: “Tapabaches”.
Se trataba de una reunión abierta, convocada para los miércoles a las 20:30 hs, a la que asistía todo el que quería incorporarse y trabajar. No se impusieron compromisos formales y todos participaban de las decisiones, incluyendo el propio Eugenio.

Comenzaron a obtener algunos recursos con la venta de publicaciones e hicieron dos o tres fiestas, también con la finalidad de recaudar fondos. En agosto realizaron una experiencia interesantísima, con motivo de la “Convergencia Armónica”. Sintonizaron la energía grupal de la Casa con la de los restantes grupos que, en ese momento y en todo el planeta, se reunían en una meditación colectiva. Puedo afirmar que ésta fue una reunión notable e impactante, desde el punto de vista acuariano.

-¿Quiere decir Vd., profesor –acotó el presidente- que a partir de ese momento el grupo comenzó realmente a funcionar como “grupo acuariano”?

-Pues, no exactamente. El problema de la comunicación no logró ser resuelto a lo largo de 1987. Parece extraño, pero a pesar de muchos logros obtenidos, el grueso de los que concurrían a la Casa XI no terminaban de enterarse del verdadero funcionamiento de ésta. Por ejemplo: les resultaba difícil ver que todo lo que se hacía era, en realidad, producto del trabajo de unos pocos, los que se reunían en “Tapabaches”. A nadie, o a muy pocos, se les ocurría pensar que eso era algo extra, aparte de las clases de Eugenio.

-Desearía un dato estadístico, profesor –inquirió un miembro de la Universidad de Orión- ¿Cuántos alumnos concurrían a las clases del citado Eugenio?

-Pues bien, según mis cálculos, para la inscripción de 1988 hubo cerca de 250 personas.

-¡Protesto! –la voz gruesa de Gornajur sonó en el recinto. -¡Esta es la prueba flagrante de que el profesor Jassin maneja las fuentes históricas a su antojo!

Un silencio molesto cubrió la sala. Jassin miró al Licenciado, intrigado por su reacción, sin atinar a responderle.

-Es sabido que esos grupos dedicados a la enseñanza de la astrología y el esoterismo en la época por Vd. tratada, no podían reunir a tanta gente. ¿Qué quiere hacernos creer, Jassin? –la mirada de Gornajur, burlona y sarcástica, atravesó al pobre profesor- ¿que su dichosa Casa XI congregaba casi tantos alumnos como los cursos de las universidades?

LOS COMENTARIOS SE HICIERON INCONTROLABLES, PESE A LOS ESFUERZOS DEL PRESIDENTE. Los miembros de la Universidad de Messier discutían con los de Andrómeda. Los primeros tomaban partido por los datos de Jassin, mientras que los segundos amparaban el argumento de Gornajur. Rimala, entretanto, discutía acaloradamente con éste, que no dejaba de vociferar.

Después de varios minutos de desorden, Jassin pudo volver a tomar la palabra. Serenamente, extrajo unos polvorientos cartoncitos multicolores y los mostró al auditorio: -Tengo las pruebas en mi poder –dijo. –Estos son los recibos de pago de los concurrentes a la Casa. Puede vd. contarlos, Licenciado, si lo desea.

Gornajur volvió a su asiento, malhumorado e ignorando la respuesta. La profesora Rimala lo miró con aire triunfal y sonrió, arrobada, a Jassin.

-Prosiga por favor, profesor –indicó el presidente- y si puede, aunque no es indispensable, sea sintético.

-Gracias doctor. Es evidente que otro de los problemas básicos consistía en lo siguiente: a los concurrentes a la Casa XI se les hacía difícil desarticular los proyectos y logros de la misma, de las clases de Eugenio. Este era consciente de tal situación. En un jueguito literario hecho en 1987 a través de un cuento que él mismo escribió, se incitaba a buscar al “primer enemigo de Cielomar”. El jueguito era una especie de adivinanza realizada con símbolos astrológicos y mágicos, donde “Cielomar” representaba a la propia Casa y el enemigo buscado era el propio Eugenio.
Muchos leyeron el cuento pero pocos interpretaron la alusión. A decir verdad, la conclusión resultaba en parte comprensible. Como el funcionamiento económico de la Casa dejaba mucho que desear, varios “derivados” de la actividad de Eugenio se destinaban a cubrir los gastos de la misma. Por ejemplo, la venta de sus clases, la desgrabación de sus conferencias sobre “La Era de Acuario” dadas en 1987, etc.

PARA MUCHOS CONCURRENTES, ENTONCES, EUGENIO ERA EL ORIGINADOR DE TODAS LAS ACTIVIDADES. Al presuponérselo, por lo tanto, algo así como el “dueño” de toda la Casa, a algunos les sorprendía la actitud prescindente que éste intentaba asumir en oportunidades.

-Por lo que Vd. nos relata, vemos que el tema económico preocupaba mucho a los miembros de esa Casa XI –terció otro miembro de la Universidad de Andrómeda.

-En efecto. Y en ello podemos ver otro rasgo característico de esta etapa de transición, de ese momento pre-acuariano. Que la Casa estuviera a su vez situada en la “misteriosa Buenos Aires”, hacia tal época, no ayudaba por cierto a suavizar dicha situación crítica. Otro ejemplo, al respecto, resulta revelador: el tema del “bar”.

-¿Cómo del “bar”? ¿También tenían un “bar”? –susurraron varias voces al mismo tiempo.

-SÍ, TAMBIÉN TENÍAN UN “BAR”. A decir verdad, se trataba de uno de los lugares más cálidos y entrañables de la Casa.

Al terminar cada clase, la gente iba y se sentaba a charlar y a tomar un café o una copa, se distendía y disfrutaba de la compañía de los demás. Pero, nuevamente se hizo presente el detalle de la desinformación. El grueso de la gente consideraba al bar como una especie de gracioso atributo o apéndice de las clases de Eugenio. No se veía que éste había sido montado con el esfuerzo de unos pocos, con la esperanza de transformarlo en otra fuente de ingresos para la Casa. De a poco, el bar se fue haciendo deficitario hasta que, en el mes de Libra de 1987, hizo su propia crisis.

-¿Puede relatarnos, sintéticamente, en qué consistió esa crisis? –recabó el presidente.

-El bar había sido planeado, a principios de 1987, como una concesión. Lo atendía una persona que no pertenecía a la Casa. Esta adelantó a ese concesionario los fondos para su instalación, dándole un plazo de varios meses. Pero faltó, aparentemente, algo de iniciativa como para transformarlo en más redituable. No pudo mantenerse sólo con la venta de café y sándwiches. Y la idea de ofrecer comidas más elaboradas no contó con el suficiente empuje. En síntesis, que hacia el mes de Libra resolvieron comprarle a los concesionarios su parte y volver a transformarlo en patrimonio de la Casa. Se hizo un esfuerzo bastante grande para eso, hasta se recurrió a una especie de “empréstito patriótico” entre unos pocos. A principios de 1988 el bar ya funcionaba de otra manera: atendido por un miembro de la Casa. Pero, según mis averiguaciones, al menos hasta mediados de ese año aún no había empezado a dar los beneficios esperados.

YA A FINES DE 1987, NUEVAMENTE, SE PERCIBÍA EN EL AMBIENTE UNA NOTABLE FALTA DE COMUNICACIÓN. Los miembros de “Tapabaches” lo registraron claramente. Notaron que, entre ellos, habían conformado un grupo muy participante y activo, con una experiencia de aprendizaje astrológico-energético muy alta y fuerte. Pero, en los hechos, el grupo activo de “Tapabaches” se reducía a unas veinte personas. Entre ellas, el código interno era muy fuerte. Frecuentemente se reunían los domingos en la casa de alguno, para charlar e intercambiar ideas. Pero lentamente, el resto de la gente que concurría a la Casa los fue percibiendo como demasiado cerrados dentro de su propio círculo. O sea que para ellos fue un aprendizaje intenso y enriquecedor, pero debieron admitir que tuvo su costo. Aquí, entonces, se planteó la nueva crisis. Estamos a fines de 1987.

Jassin hizo otra pausa, para ordenar su documentación y, al mismo tiempo, para volver a palpar el grado de atención de sus colegas. Reconocía internamente, con su modestia característica, que lo que relataba no era particularmente impactante o movido, a la manera de otros relatos históricos. Le intrigaba, en consecuencia, la atención que habían terminado por prestarle.

LOS ASISTENTES A LA COMISIÓN, EFECTIVAMENTE, SE HALLABAN EN UN COMPLETO SILENCIO, nuevamente sumergidos en su pensamiento colectivo.

Podían visualizar otra vez, con total claridad, a los actores de ese pasado remoto. Veían a los alumnos, participando y siguiendo con atención las clases de Eugenio; a los que reían y jugaban ingenuamente en el bar; a los pocos y esforzados miembros de “Tapabaches”, ajetreados en la confección de carteleras que no todos leían; a los ayudantes de prácticos, agudos e imaginativos transmisores de temas a veces tan abstractos. Una ola de simpatía cálida envolvía a los profesores, vinculándolos de alguna manera con esos antiguos antepasados terrestres que, desde un espejo lejano, devolvían la imagen inconfundiblemente humana de la búsqueda continua. Si, la historia seguía siendo, aún para los historiadores del 3880, una “maestra de Vida”.

-Continúe profesor, por favor. Y no se preocupe por el tiempo –intervino el presidente.

-Muchas gracias. De cualquier manera ya termino. A fines de 1987, decía, los miembros de “Tapabaches” hicieron el siguiente diagnóstico. Su grupo había sido ideal para la fase inicial de la Casa, la “fase ariana”. Había sido un grupo de empuje, de iniciativas, fogoso y divertido. Pero, acorde con la energía ariana, no se había preocupado mayormente por comunicarse con los demás. Acusaron recibo, por lo tanto, de las recriminaciones recibidas aunque, en parte, las sintieron un poco injustas. Pese a todo, no hubo entre ellos deserciones. Simplemente pasaron a otro ritmo y a otra manera de ligarse a la Casa. Eso sí, usando una expresión de la época, decidieron “pasar la posta”.

SE PREVIÓ LO QUE PODÍA OCURRIR EN 1988. POR SER EL SEGUNDO AÑO DE LA CASA, LA ENERGÍA SERÍA TAURINA. El ritmo esperado, entonces, sería más lento, de germinación. El dinamismo ya no sería de fuego sino de tierra; y el problema central, acorde con esto, consistiría ya sin atenuantes, en lo económico.

Había que montar, en consecuencia, una estructura más sólida para sostener la parte material de la Casa.

Se idearon algunas medidas concretas y éstas tomaron cuerpo, efectivamente, a comienzos de 1988: hubo cargos rentados en secretaría y en mantenimiento. Como fuente de recursos transitoria, Eugenio propuso dictar un seminario para egresados sobre “Astrología y los Evangelios”, cuya recaudación se destinaría a los fondos de la Casa.

-Y el nivel de información ¿mejoró? –preguntó Rimala, en su primera intervención. -¿Pudo el grupo separar con claridad las dos actividades de Eugenio: las clases que eran su ocupación especìfica, del resto de lo que hacía para beneficio de la Casa?

-Bueno, no del todo. Al menos no hasta mediados de 1988, que es hasta donde llegan mis documentos. Eugenio, gracias a la alta concurrencia de sus clases, siguió siendo el “prestamista” oficial de la Casa. De esa manera, el problema subsistió. En los primeros meses de 1988, por ejemplo, se constató un crecimiento un tanto preocupante de los alumnos "morosos”, particularmente entre los últimos años y los grupos de egresados.

-¿Y cuál era la situación al final del período estudiado, profesor? –la voz de Gornajur sonaba desconocida, con matices suaves y amistosos.

-A PARTIR DEL MES DE GÉMINIS DE 1988 SURGIÓ UNA NUEVA CONVOCATORIA, a manera de reemplazo de la antigua y disuelta reunión de “Tapabaches”. Mes a mes, siguiendo la energía zodiacal correspondiente, varios miembros de la Casa propusieron reunirse para discutir los distintos problemas. Siguieron funcionando las comisiones de trabajo, aunque en muchos casos con gente de recambio. Por encima de ellas, se creó una Comisión Ejecutiva rotativa, integrada por tres personas.

Y las iniciativas, pese a la energía taurina más lenta, continuaron. Intentaron pasar películas, inauguraron una cartelera para “neptunianos” soñadores que deseaban compartir sus experiencias oníricas, programaron una biblioteca rodante. Por encima de todo, priorizaron la tarea de mejorar la comunicación entre todos los miembros de la Casa. Hasta intentaron escribir una especie de “historia” de la misma, pero lamentablemente no pude hallarla.

Y aquí, colegas, termina la información suministrada por mis documentos. Como saben, con estas fuentes he querido apoyar mi hipótesis inicial: hasta en un lugar tan remoto como la “misteriosa Buenos Aires”, la vibración acuariana incipiente sacudía a los humanos. Muchos de ellos, como la gente que aquí hemos analizado, eran plenamente conscientes de estos cambios; pero también advertían con dolor los “tironeos” con tendencias del pasado: el individualismo, la sujeción a liderazgos, la confusión entre grupos acuarianos y grupos cancerianos.

Nada más y muchas gracias por escucharme. Dejo a disposición de ustedes toda mi documentación.

-QUEDA A CONSIDERACIÓN DE LA COMISIÓN LA CALIFICACIÓN DEL TRABAJO DEL PROFESOR JASSIN –informó el presidente.

Se hizo el silencio de rigor. En todos los congresos del cuarto milenio, las conclusiones finales se llevaban a cabo mediante un debate mental entre sus concurrentes. Telepáticamente, transmitían unos a otros sus impresiones hasta que el cuadro final, a la manera de un mandala, emergía por empuje colectivo, siendo comprendido y aceptado por todos.
Surgió el veredicto. La investigación de Jassin no sólo había resultado aprobada sino que, además, era recomendada para su difusión en las restantes universidades galácticas.

LA SALA COMENZÓ A VACIARSE LENTAMENTE. El presidente y los miembros de las universidades se retiraron, comentando animadamente los distintos aspectos del trabajo. Gornajur, totalmente reconciliado con Jassin, lo llevaba del hombro mientras le instaba a continuar la historia de la Casa XI con documentos posteriores a julio de 1988.

La profesora Rimala se demoró, adrede, dejando salir primero a todos los demás. Se acercó luego al pupitre donde Jassin había dejado sus documentos y comenzó a revisarlos. Había de todo: jirones de una cartelera invitando a una fiesta de ”Hadas y Elfos”; una pila de tarjetitas de mensualidades no cobradas; restos de Tablas de Efemérides. Debajo de todo esto, le llamó la atención un texto, perteneciente a la cartelera de los “neptunianos”. Estaba redactado con la tecnología primitiva de una máquina de escribir Lettera 22 y era el sueño que unx de lxs miembros de la Casa había tenido hacia setiembre de 1987, poco después de la Convergencia Armónica planetaria. Decía así:


“Tuve un sueño, en los últimos días, con el grupo de los viernes de segundo año de astrología. Cuando me desperté sentía algo muy lindo, realmente hermoso; pero no había caso, no podía recordar el sueño. Lo único que recordaba es que había sido algo concerniente al grupo.

Cuando ayer, en la clase, Eugenio dijo: “nosotros estamos ahora aquí y nos amamos mucho. Pero en algún momento vamos a dejar de estar…”, se me produjo un destello y recordé lo que había olvidado.

Supe que en el sueño se habían dicho palabras parecidas pero lo raro es que Eugenio no aparecía en él. El grupo era la única presencia que yo podía recordar. Y también recordé qué es lo que hacíamos, todxs juntxs. Era una especie de viaje, pero no sé bien con qué vehículo. No era ni un colectivo ni un tren, aunque era ALGO parecido, que nos trasladaba a todxs hacia ALGÚN LUGAR”.   
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Bueno, éste fue el cuento. Escrito, supongo, en algún momento entre finales de 1987 y ppios, de 1988. Sé que lo repartí, fotocopiado, entre algunxs compañeros de grupo; de hecho una de ellas, Blanca, lo recordó en estos días finales del 2019 en que lo exhumé y digitalicé.

Como tantas cosas registradas y escritas por mi Luna en Géminis, luego lo olvidé y por suerte quedó herrumbado pero aún legible, en el fondo de un viejo armario. Como corresponde, lo estoy recuperando en el arranque de mi nuevo ciclo Sol-Luna, constatando que había sido escrito en los albores del arranque de mi ciclo previo. O sea, que es un recuerdo que tiene ya treinta años de germinación.

Insisto en lo que puse en la introducción. Se trata de un recuerdo y no del “significante Casa XI” actual. Es la impronta de una experiencia decisiva en mi vida personal y en la de tantxs otrxs compañerxs. Pero nada tiene que ver, ni lo pretende, con los contenidos y vivencias de la actual Casa XI, que desconozco por completo aunque los sigo presuponiendo fértiles y creativos. Por eso, si vuelvo a poner en circulación este escrito, es también una especie de homenaje a esa etapa de mi vida personal, donde la Casa XI dejó una huella decisiva para el resto de mi navegación. Y me consta que para la de tantísimos otrxs compañerxs también.
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GRACIAS, BRÚJULA DE LA SINCRONICIDAD. Confiemos en que nos siga guiando hacia el futuro, a través de estos reencuentros con el pasado.

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IN MEMORIAM

Querido Alejandro Fau
te fuiste demasiado pronto.
Fuiste parte de esta aventura fundacional...
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Aquí en aquella memorable Fiesta de Hadas y Elfos
Finales de 1987