domingo, 23 de septiembre de 2018

EQUINOCCIO LIBRIANO, SETIEMBRE EN EL HEMISFERIO SUR

PUENTES PARA LIBRA: ABRIENDO HASTA LOS CONFINES, PARA RETOMAR.
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UN TRABAJO QUE HOY, EN LA ARGENTINA, PARECE IMPOSIBLE DE REALIZAR. SIN EMBARGO…
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…EL EQUINOCCIO DE SETIEMBRE AQUÌ EN EL SUR LIGA EL ARRANQUE DE LA VIDA (LA PRIMAVERA), CON EL SÌMBOLO LIBRIANO DEL VÌNCULO ESENCIAL
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Sòlo nos empezamos a completar vitalmente si SOMOS en vìnculo. Si soy en el/la otro /otra.
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PERO …

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… venimos con mucha carga histórica todavía. No me refiero a la buena historia de esos aportes europeos que es legìtimo seguir honrando. Menciono la otra carga, la sombrìa. La que va hundiendo paso a paso también a las otrora florecientes culturas del norte del planeta.
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AQUÌ EN LA ARGENTINA SE NOS CUELAN Y NOS PESAN TANTO ESAS CARGAS SOMBRÌAS … EN ESTE PAÌS CON ASCENDENTE EN LIBRA.
Por eso, mientras el jacarandà se va preparando para florecer, nuestras extensas distancias librianas, simbólicas, sociales, conceptuales (estas últimas, mucho màs amplias que cualquier otra distancia) … se hacen cada vez màs visibles. Y en lugar de puentes librianos fluidos y abiertos, tenemos POR AHORA puentes rotos por grandes grietas.
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PUENTES PARTIDOS POR GRIETAS
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No dejan de ser un símbolo del ascendente en Libra. En su versión polarizada, inmadura, proyectiva, claro està. POR AHORA es asì y es mejor asumirlo, para encontrar reconstrucciones eficaces y no meramente retòricas. Al signo de Libra se le atribuye la simbolización venusina. Venus, el planeta sagrado y misterioso de la Uniòn en el Amor. Pero todos los mitos de los cuales proviene esta simbología ligan a Venus con otros planetas, en el caso de Libra, en especial… con Saturno o Crono. El dios del tiempo, el de los lentos procesos.
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No es fácil aquí, en el recóndito extremo del hemisferio sur, tener paciencia libriano-venusina suficiente. Pero será saturninamente necesario asumir que POR AHORA nuestra sociedad argentina habita orillas separadas por una enorme grieta. Nos hemos adecuado últimamente a ello, luego de tantos desencuentros, luego del desaliento de constatar que, aunque seamos de la misma familia biológica, o vecinos contiguos en un edificio o un barrio, o integrantes de la misma clase socio-econòmica… parecemos a veces habitar galaxias diferentes. Casi como si fuèramos de especies diferentes.
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LA TAREA DE CONSTRUCCIÒN DE NUESTRO PUENTE LIBRIANO NACIONAL SERÀ POR LO TANTO –QUIZÀ- MUY LENTA … PERO QUIERO CONFIAR EN QUE LA VIDA, EN ULTIMA INSTANCIA, INSISTIRÀ. QUIERO SEGUIR INVOCANDO QUE “UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE" Y UNA ARGENTINA RENACIDA TAMBIÈN.
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Conviene empezar por cada unx, en nuestra intimidad y singularidad. Por eso Libra y el equinoccio de Primavera en el hemisferio sur es un buen momento para honrar el trabajo hacia lo abierto por màs difícil que èste sea. Hacia lo (momentáneamente) màs distante de nosotros mismos.
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Invoquemos que esta etapa del camino, tanto en la Argentina como en cualquier otra zona del planeta donde haya dolor e incomprensión entre hermanos, entre connacionales, entre ciudadanos de un mismo espacio, nos deje un aprendizaje de profunda mutaciòn. Por algo Urano también es un símbolo ligado a Libra.
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INVOQUEMOS: que en cualquier lugar de Gaia donde una parte de la sociedad perciba con odio ciego a la otra parte, o la considere ajena casi en el extremo de no comprender su tronco comùn, se estè gestando otra condición para la naturaleza humana. Porque en todo corazón que odia hay un abismo de dolor que pide sanación y redención.
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Que sepamos esperar y honrar los ritmos, como hace la Primavera año a año. Ella nos muestra con claridad que la Vida insiste porque es cíclica, como todo en el universo.
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Que sepamos preparar, como ella, el momento en que el nuevo brote salga a la luz…
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Bendiciones para todas, para todos, para todes…
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Olga Weyne, texto para AATP
Buenos Aires (CABA), 23 de setiembre 2018
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El equinoccio de primavera se dio ayer 22 de
setiembre 2018, a las 22:55 hs.
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fuente de la foto: https://elpais.com/internacional/2018/01/16/colombia

domingo, 2 de septiembre de 2018

IMPROVISACIONES CREATIVAS- JUEGOS TEATRALES. UN MÈTODO DE EXPLORACIÒN

1996, UN JUEGO TEATRAL CREATIVO SOBRE EL PRIMER ENCUENTRO ENTRE JUNG Y FREUD

“JUNG Y NOSOTROS ” Olga Weyne
5 / VIl / 96 

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Vengo aplicando este mètodo (juegos teatrales basados en improvisaciones creativas grupales) desde principios de los años '90. Lo descubrì por primera vez en Casa XI a travès de algunos ejercicios pràcticos realizados por los enormemente creativos docentes auxiliares de aquellas èpocas, y me deslumbrò por sus posibilidades. 

Conocìa que era algo emparentado con el psicodrama, pero enseguida percibì cuànto sumaba el hecho de juntarlo con la guìa o esquema de apoyo de un esquema astrològico previo. 

Lo trasladè a mis seminarios de egresados, con varios agregados y amplificaciones, integrando los aportes de los integrantes de dichos grupos. Siendo estos ya astròlogos y proviniendo en su mayorìa de profesiones ligadas al arte o a la psicologìa, sus aportes fueron inestimables. Cuando lo aplicàbamos a una carta natal personal o a una familia, al hacer pràcticas de Sinastrìa, sus efectos eran similares a lo que luego se popularizò a travès de las famosas Constelaciones Familiares (aùn no conocidas en nuestro medio en aquel entonces).

Apliquè este mètodo de manera ininterrumpida desde 1993 a 2014, en co-coordinaciones con colegas cuyo estìmulo y aportes sigo agradeciendo hasta el presente, en programas como: 

*Talleres para alumnos y egresados en Casa XI (co-coordinàndolos con Luz Zamkotzian, Pablo Tellias y en algunas ocasiones con Ani Betatti y Alejandro Lodi). 

      -Algunos de estos talleres fueron los aùn recordados encuentros de "La Figura Inacabada" y los sucesivos seminarios "Jung y nosotros" (uno de los cuales es el que presento aquì abajo).

*Experiencias fuera del àmbito de Casa XI pero siempre en colaboraciòn con colegas, alumnxs y egresadxs de la misma. Por ejemplo:

      - "Arquetipos en la Red" (co-coordinados con Gonzalo Eizmendi y Liliana Weimer).

      - Los igualmente recordados hasta el dìa de hoy: "Rituales de Lobas y de Diosas", realizados en el àmbito de la Red LunaVenus. Co-coordinados con las integrantes del equipo de lobas, en especial con Marìa Angèlica Piñeyro en la primera etapa y con Clodet Garcìa en la segunda.

      - Y la ùltima experiencia hasta el dìa de hoy: "Camelot y Avalon", una exploraciòn del mito artùrico relatado desde la visiòn femenina (basado en los textos de Marion Zimmer Bradley: "Las Nieblas de Avalon"). Co-coordinados con Clodet Garcìa, Gonzalo Eizmendi, Carolina Aguayo, Mario Garavelli, Nora Bibbo, Cristian Fassi y periòdicamente apoyados por otros docentes de nuestros respectivos àmbitos.

* En paralelo e intercalado con la etapa inicial de exploraciòn, participè en un programa de Casa XI como co-coordinadora, junto con el resto del plantel docente, llamado "Matriz de los Arquetipos". Fueron varios años de trabajo intensivo grupal, con coordinaciòn general e ideas-fuerza de Eugenio Carutti, que me dejaron una huella imborrable -igual que a la mayorìa de sus participantes- por la que estarè por siempre agradecida.

* Con cierta osadìa -o provocaciòn- realicè asimismo un par de exploraciones sobre "Arquetipos en el mundo del tango", juntando a mujeres y varones que a fines de los `90 bailàbamos tango y proponiendo una indagaciòn que resultò realmente conmocionante. Se tratò de indagar en el arbol familiar de cada uno, llevados por el hilo conductor del clima del tango vivido en las primeras dècadas del siglo XX (època de la llegada de nuestros antepasados). La osadìa consistiò en que presentè la narraciòn en uno de mis informes para el Conicet y para mi sorpresa fue aprobado sin mayores comentarios pese a la introducciòn claramente jungiana que adosè en la introducciòn. Aùn me divierte imaginar las caras del jurado que ya en esa època -siempre supuse- empezaban a proponer la cuenta regresiva de mi permanencia en dicho àmbito.

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Mi inclinaciòn personal y vocacional por la narraciòn -originada en mi profesiòn de base, la investigaciòn històrica-  llevò a que muchas de estas exploraciones fueran transcriptas por mì a la manera de guiones emparentados con lo teatral. Su finalidad nunca fue màs allà de servir de apoyatura a los grupos de alumnos y egresados y por eso nunca fueron publicados, salvo el mencionado informe al Conicet arriba mencionado. Quizà lo haga en algùn momento, respondiendo a varios pedidos (y aceptando que puedan ser de cierta utilidad metodològica).

Una de estas narraciones es la que muestro a continuaciòn. Basàndonos en la carta natal de Carl G. Jung, en particular amplificando una de las fases de su primer ciclo Sol-Luna progresado (el año 1907), desplegamos un juego grupal usando parte de la historia real de dicho encuentro, tal como la describen los historiadores. Pero usando lo esencial del mètodo antes descripto, o sea, la amplificaciòn de sus contenidos, con la intenciòn de comprender entretelas arquetìpicas del vìnculo entre Freud y Jung, importantes a nivel històrico-cultural general. Pero a la vez como material para el rastreo de base de arquetipos del psiquismo promedio, en este caso el gran arquetipo del vìnculo Padre-Hijo (Rey-Principe).

La transcripciòn textual del juego grupal, describe por sì misma las intenciones y resultados de esta exploraciòn. Va aquì entonces el ejercicio realizado el 5 de julio de 1996 (completado la semana siguiente) inspirado en el primer encuentro entre Sigmund Freud y Carl G.Jung.

Ademàs de los dos protagonistas, agregamos al elenco a otros personajes, todxs ellxs altamente significativos en esa etapa, para la historia de ambos. Con el permiso de introducir anacronismos, que este mètodo valida, algunxs de ellos no estuvieron obviamente presentes en esos dìas de visita del matrimonio Jung a la casa del maestro de Viena. Pero asì los imaginamos e incluimos, para provecho de la amplificaciòn del juego.

La textualidad de los diàlogos surge de mis registros grabados. Aclaro que yo siempre me he incluido en estos juegos, con algùn rol que facilite mi funciòn mixta en ese momento (actuar, registrar y coordinar a la vez). Siempre pedi asimismo a mis co-coordinadorxs que hicieran lo mismo. Baso esta exigencia en una premisa metodològica: si estamos jugando imàgenes arquetìpicas, la de un supuesto "observador objetivo" nunca deja de configurarse a la vez como un arquetipo incluido en la circulaciòn. Validarlo de entrada evita que se lo perciba desde las entretelas o con funciones equìvocas. No siempre esta propuesta mìa coincidiò con la de otros colegas, si bien siempre pudimos discutir sus fundamentos de manera profesional y fructìfera.

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DRAMATIZACION: “ENCUENTRO JUNG-FREUD”


Jung: Alumno A
Freud: Alumno B
Emma: Alumna A
Marta: Alumna B .
Toni: Alumna C
Minna: Alumna D
Lou Andrea Salomè: Alumna E
Sabina: Alumna F

El fotògrafo de la Corona: la coordinadora (Olga).


ESCENA PRIMERA.
En la sala de la familia Freud, esperando a los visitantes: Sigmund, su esposa Martha y Minna (hermana de Martha).

Llaman a la puerta y acude Martha:

Martha: (habla con fuerte acento vienés, y está vestida muy “domésticamente” aunque con “gran estilo”): adelante, por favor, Sigi los está esperando a todos.

Entran Jung, Emma y Toni en silencio, bastante “duritos”. Freud los recibe en la sala, con aire patriarcal.

Jung: encantado, Dr.Freud. Esta es mi señora esposa...ésta es mi secretaria (Toni y Minna se dan un beso)

Todo es muy ceremonioso y distante, casi sin palabras. Martha es la única que despliega mucha simpatía pero circunscripta a su función: los hace sentar, les pide que se pongan cómodos...

Se sientan en una misma hilera de sillas. Jung en el medio, con aspecto muy sola, a un lado Emma y al otro Toni, que de inmediato se cubre con un velo.

Martha sigue muy solícita atendiendo a los huéspedes, mientras a Minna se la ve más pendiente de Freud. Este queda igualmente sentado en el medio de las dos hermanas: Minna más distante y fría y Martha casi acurrucada contra un brazo de “Sigi”.

Jung: Sr. Profesor, es un placer para mí estar hoy aquí, y haber recibido tantos gratos elogios suyos sobre mi modesta obra.

Freud: yo diría que el placer es realmente mío. En realidad, no es tan modesta su obra. He leído su libro y debo decirle que no sólo he quedado particularmente contento con él, sino también con todo el futuro que esto augura para Vd. De modo que estoy muy contento de que nos podamos encontrar.

(Emma, con cara de mucha satisfacción y orgullo, desliza su mano entre las de su esposo. A su lado Toni permanece cubierta por el velo.)

Jung: respecto al futuro de esta entrevista, debo decirle que la considero muy significativa. Desearía, en el correr de la misma, hacerle unas cuantas preguntas, Profesor.

Freud: encantado de dedicarle todo el día, Doctor. Tendremos muchas horas para nosotros y nuestros temas. Martha ha preparado una comida especial, incluso.

Martha (siempre solícita, casi demasiado): ...sí, señor Profesor Jung, hemos preparado una comida para Vd. y su señora esposa... (mueve la cabeza en una reverencia).

(Se hace un gran silencio, algo pesado, como si no supieran cómo continuar. En ese momento, Toni se para por detrás de Jung y lo cubre con el velo, dentro del cual quedan ambos, para decirle algo. El, imperturbable, abraza a Emma que queda fuera del velo. Toni vuelve a su asiento, siempre velada).

Jung: quisiera, señor profesor, que Vd. me aclarara un poco...

Freud (interrumpe, porque ha quedado totalmente intrigado por la escena del velo): perdón, ¿es su secretaria?

Jung (en tono totalmente normal): pero claro, por supuesto, ¿no se la había presentado?

Freud (confundido): eh...sí...ah, si claro...

Toni se levanta el velo y sonríe encantadoramente a Freud. Vuelve a velarse, mientras Emma se abraza a su marido.

Martha (se acurruca aún más contra Freud): ¿te pasa algo, Sigi?

Jung (sigue con su anterior discurso): como le decía, Profesor, desearía que Vd. se explayara un poco acerca de la importancia del “trauma sexual” en el comportamiento del ser humano (mientras habla, abraza a Emma).

Freud: (mientras Martha se acurruca sumisa sobre su hombro) bueno...por lo que he leído y nos hemos escrito, creo que Vd. ha comprendido perfectamente que el tema de la “libido” es tanto el punto de partida como el de llegada del psicoanálisis. Supongo que ambos no tenemos ninguna duda acerca de esto, por supuesto...

Jung: yo estoy convencido de que vamos a llegar, quizás, a un acuerdo. Pero todavía abrigo alguna duda respecto de...

Martha (interrumpe inocentemente, mirando a Freud): Sigi, ¿qué es la “libido”?

Freud (molesto): Martha, no sè si éste es el momento más propicio para explicarte...

Minna (haciéndose cargo de la embarazosa situación): Martha, ¿qué tal si vamos a buscar algo para las visitas? (Martha la sigue, obediente).

Freud (confundido, a Jung): bueno, Vd. comprenderá que ella en realidad no...

(Emma es la única que sigue sentada, Toni se levanta y va junto a Minna. Ambas parecen convidarse con cigarrillos, mutuamente).

Freud (intenta proseguir): le diría que las dudas que todos tenemos son lógicas y que... (se para y toma a Jung del brazo, paseándose por la sala ambos) ...es más, estas dudas son para mí un gran beneplácito y...

(Todos están ahora en cierto movimiento, y con diálogos cortos y formales, cuando de pronto suena el timbre. Van a atender Martha y Minna, juntas)

Lou: buenas tardes, yo tenía una entrevista con el Dr. Freud.

Martha: (con el acento vienés de siempre) Dr. Freud está ocupado, señorita...

Minna (la aparta, expeditiva): dígame qué desea, señorita, yo le tomo los horarios para la semana que viene...

Freud (desde adentro): yo no recibo a nadie, hoy...

Martha: pase señorita ¿quiere un café?

Minna no logra apartarla. Lou entra osada y Jung se levanta. Lou va hacia él que le da un abrazo. Toni lo aparta y lo lleva para atrás.

Lou (a Freud, mientras Minna intenta en vano separarla): le voy a explicar, Dr. Freud. Yo he llegado de Rusia recientemente. Un amigo mío tiene un gran problema, es un brillante escritor y filósofo y yo...bueno Dr., necesito una charla privada con Vd. sobre este tema.

Freud (molesto, intenta llevarla aparte): mira Lou, ahora estoy con visitas...

Lou: bueno, me puedo quedar hasta que terminen, y entretanto les hago compañía...

(Jung mira la escena entre intrigado y divertido. Toni y Emma, detrás suyo.)

Freud (en voz baja, intentando disimular): Lou, ¿no podrías darte una vueltita por la ciudad...?

Lou: no, no tengo adónde ir...

Martha: Lou, ¿tomaría un tecito?

Toni (se acerca a Martha y le pide, en voz baja): señora, ¿no habría manera de ordenar las cosas y volver todo a la anterior situación?

Martha (a Toni): comprendo, pero aquí las únicas órdenes las da Sigi...si él no lo pide...

(Freud tartamudea delante de Lou, en un aparte. Ella se mantiene irreductible: necesita quedarse porque no tiene dónde ir, y necesita hablar con él).

(La situación es un verdadero caos, todos hablan juntos, sin entenderse)

Martha (a Freud): ¿la puedo llevar a la sra. Lou a tomar el te, Sigi?

Freud (aliviado): pero sí, exactamente, Martha, eso es lo que puedes hacer...Si es posible, trata de llevarla a alguna otra habitación...

Martha: sra. Lou, ¿quiere venir a ver a los niños? ¡Tenemos unos hijos tan hermosos!

Lou: (fastidiada) ¡no, por favor, me duele demasiado la cabeza después de un viaje tan largo! ¡No estoy en condiciones de escuchar gritos de niños!

Minna (muy nerviosa): bueno, yo me quedo aquí a tomar notas de la reunión y tú, Martha, lleva adentro a la sra.

Martha: sí, venga a conocer a nuestros cinco preciosos hijos, por favor...

Minna: venga, señorita... El Dr. Jung y el Dr. Freud tienen que hablar en privado...

Lou (empacada): no, me quedo. Al Dr. Jung no le molesta...

Minna (con cara de furia contenida): pero al Dr. Freud, si...

(En la sala, Freud se ha vuelto a sentar en su silla y enfrente, el trío formado por Jung, Emma y Toni).

Están iniciando de nuevo una conversación técnica. Freud le ha hecho una pregunta a Jung y éste se dispone a contestar, cuando de pronto se ve a Toni cubrir a Jung con el velo, aunque ahora ella permanece sentada a su lado. Del otro lado, fuera del velo, Emma sonríe satisfecha, tomada de la mano de su marido.

Comienza a salir una voz femenina, que es la de Toni hablando detrás de Jung, pero es éste el que mueve los labios, como respondiendo a Freud:

Jung-Toni: evidentemente, la etiopatogenia de origen sexual nadie la pone en duda, Dr. Freud. Pero lo que evidentemente discutimos es que sea el único determinismo de la conducta humana. No creemos que ésa sea la causa.

Freud (con la boca abierta, no sale de su asombro):........

Jung (fuera del velo): ¿no fui claro en mi exposición, Herr Doktor?

Freud: este...no, no es eso sino que...bueno, me distraje con esta cuestión de... (mira a Toni, sin comprender).

(De nuevo Toni cubre a Jung con el velo y recomienza la curiosa manera de emitir la voz a dúo)

Jung-Toni: lo que le decía, Doctor, es que nadie discute la intervención de los factores sexuales. Lo que pensamos es que no se trata de la única causa interviniente en el comportamiento humano.

Freud: ah... ehhh… claro, claro, entiendo...(pero no deja de mirar, fascinado, la curiosa escena que se desarrolla detrás del velo).

Jung (fuera del velo): ah, bien, entonces Vd. está de acuerdo... (con satisfacción).

Freud: no, lo que quise decir es que en los comienzos de la teoría del psicoanálisis, siempre surgen estas dudas. A todos los discípulos les ocurre lo mismo. De cualquier manera, creo que estas son cosas por el momento secundarias...

(Toni se pone de pie y toma notas, detrás de Jung. Lou se acerca a él, también por detrás, y comienza a abrazarlo).

Jung (continúa imperturbable): de cualquier manera, Dr., quiero decirle que no estoy hablando desde una duda, sino que lo mío tiene un matiz de fuerte convicción...

(Toni, enojada, intenta sacar los brazos de Lou del cuello de Jung, pero ésta se empecina y lo abraza aún más fuerte. Jung sigue hablando con Freud, sin darse por aludido).

Freud: sí, sí, entiendo su posición, desde luego... (mira cada vez más preocupado la escena de Jung ahora rodeado por tres mujeres). Sólo que, en la medida en que usted vaya avanzando en la comprensión de mi teoría sexual...

(Emma, enojada, le saca también los brazos a Lou del cuello de Jung. Pero ésta ahora le revuelve el pelo y larga una risotada...)

Freud (sigue mirando, con los ojos desorbitados): decía que... en la medida que usted vaya avanzando en la comprensión...

Martha (se acerca a Freud por detrás y se inclina sobre su hombro): Sigi, qué rara es esta gente de Zürich... es muy pero muy rara...

Minna (muy molesta): Martha, ponete derecha...Dr. Freud (por lo bajo) ¿qué le parece si comenzamos a ordenar los temas del Congreso? ¿Va a participar el Dr. Jung, no es cierto?

(De nuevo, gran lío de voces encontradas, cada uno en lo suyo.)

Toni: (se acerca a Lou y la recrimina): por favor, señorita, esta reunión es muy importante para el maestro, ¿por qué no lo deja en paz?

Lou: él puede hablar perfectamente, así.

Minna (muy impaciente): ¿por qué no ordenamos las ponencias para el Congreso, señores?

Freud (se acuerda): ah, sí...yo había pensado proponerle participar en lo que sería un evento histórico...nada menos que el primer Congreso Psicoanalítico...

Jung (mientras Lou ya lo está desvistiendo, por detrás, pero él sigue imperturbable): bueno, cómo no Dr...

Martha (a Freud): esta gente de Zürich es muy rara, Sigi, te digo que es muy rara...

(En el rincón de Jung ya todo parece una batalla campal entre Toni y Emma por un lado, intentando que Lou suelte a Jung por el otro. Este se deja hacer, sin inmutarse y continúa con su aire “olímpico”).

Freud (sentado nuevamente, con Martha y Minna a sus costados, que no salen de su asombro. Minna, en particular, está furiosa con su libreta de apuntes en la mano): no se, Dr., yo le pediría algo más de atención...no se...creo que si hay algo que le molesta...

Minna ( a Freud): quizá sería conveniente una caminata a solas, los dos...

Freud: es cierto. ¿vamos, Dr. a caminar un poco y así continuamos con nuestra charla?

Jung: bien, cómo no. ¿Podemos ir con mi secretaria?

Freud: francamente, preferiría que no.

Martha: yo puedo darle un tecito a su secretaria, Herr Doktor.

INTERVALO
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Corte para “congelar” y detectar emociones.
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Freud- Alumno B: siento que no está pasando lo previsto. Hay “algo” que interfiere... Es una desatención por parte de Carl, que modifica lo esperado de este encuentro. Yo entiendo que haya costumbres diferentes en otros países, pero francamente... de a poco, al sentirme tan desatendido...me estoy enojando.

Por ahora, Carl me está desconcertando. De a poco, mi enojo va creciendo. Incluso estuve a punto, en un momento, de interrumpir todo.

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De pronto, irrumpe un personaje inesperado. Vestida con moños de colores en la cabeza y en el cuerpo, y portando una silla, aparece Sabina-Alumna F Todos se quedan al principio perplejos y luego se desata una gran carcajada. Minna dice: parece Nijinsky, en “La consagración de la primavera”. Sin percartarse del efecto que produce, Sabina empuja su silla hasta la sala de la familia Freud y se instala en un costado, esperando el momento de su entrada en escena.
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Martha-Alumna B: yo no entiendo nada. Pero Sigi está maravilloso hoy, y así estoy contenta. (Desde Alumna B, específicamente: lo que más le cuesta es complacerlo y hacer siempre lo que él quiere. O sea, que yo esté siempre a su disposicíón”).

Minna-Alumna D: me siento muy molesta. Me pasa lo mismo que a Sigmund. Si la señora Lou-Salomé hubiera entrado para hablar de la libido, hubiera entendido. Pero así, no entiendo para qué vino. Me resulta bastante confuso este vínculo triangular de la gente de Zürich y además me molesta. También me molesta que Martha le haya ofrecido té a la señora Lou-Salomé. No entiendo por qué no pudimos postergar la visita de ella para otro día. Y siento que no estamos logrando cumplir con los objetivos del día de hoy, que era: organizar el Congreso, ver quiénes eran los disertantes, cuáles serían los temas...

Carl-Alumno A: me siento incómodo porque veo que esta familia es un poco “plomo”, son casi medievales. Yo vine aquí para obtener pautas de conocimiento, incluso con un temario que traje especialmente preparado. Freud no contestó la reflexión que le hice con la voz de Toni, en cuanto a no tener por determinante el tema sexual en la conducta psicológica. Por otro lado, siento que se trata de un hombre ya mayor, y que le debo perdonar algunas cosas. Creo que lo central lo voy a obtener de la caminata con él, pero lamento no tener allí a Toni. La llevaría a ella y no a Emma, que creo tendría que quedarse en la casa para bancarse a la vieja de Freud.

Emma-Alumna A: veníamos bien, Carl, pero ahora tengo ganas de romperte la cabeza. A mí me resultó desagradable Martha, en principio, por su look excesivamente doméstico. Pero la banqué porque no podía armar un escándalo aquí, en casa ajena. En cuanto al triángulo nuestro, me parecía que estaba dentro de las pautas que habíamos armado. Pero cuando entró Lou, me pareció demasiado. No la pude soportar.

Carl-Alumno A: a mí me llama la atención la vida cotidiana, la intimidad de este hombre. Creo que en esta casa hay un “astral bajo”, una cosa pesada, antigua, cerrada, que me ahoga.

Toni-Alumna C.: a mí también me molestaron mucho las costumbres victorianas de esta casa. Yo estaba muy interesada en el temario de discusión del maestro con Freud y quería que se cumplieran. Por eso, me molestó mucho la entrada de Lou. Pero también me produjo celos, porque nuestro triángulo era de alguna manera armónico. Pero con Lou estaba entrando otro componente inesperado.

Al principio busqué la alianza de las “mujeres legales”. Por ejemplo, empecé con Martha. Pero ella me dijo que el marido era el único que podía ordenar. Yo le dije que este desorden podía perjudicar mucho a “nuestros hombres”. Y luego le pedí a Emma que hiciera algo, pero se quedó quieta.

Emma-Alumna A: yo sentí que no podía hacer nada con Lou. Lo único que cabía era agarrarla de los pelos y sacarla. Eso iba a armar una conmoción en la reunión y no se podía. Me dejó paralizada.

Carl-Alumno A: quiero decir que a mí la intervención corporal de Lou no me distrajo en absoluto de la charla con Freud. Si la charla se interrumpió fue porque él se fue confundiendo y quedando perplejo con lo que veía. Además, me trataba de alguna manera como un chico y eso me molestaba bastante.

Lou-Alumna E: no me sentía incómoda con la situación. Había decidido quedarme, aunque nadie me daba bolilla. Era una especie de “paracaidista” y me la bancaba.

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Prosigue la acción: ESCENA SEGUNDA

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Cada uno ha quedado en un rincón, con sus “mujeres”. Toni le pasa apuntes escritos a Jung, preparándolo para la continuación de la charla con Freud. Este observa la escena.

Freud: pero dígame, ¿le están preparando lo que me tiene que decir?

Jung responde algo inaudible, y los dos hombres se van al jardín, para retomar su conversación, ahora a solas.

Suena el timbre. Llega un fotógrafo y pide a Martha que organice las sillas para la ubicación de los “notables” del Congreso. La foto será histórica y también las mujeres estarán en ella.

Martha: bueno, pero Minna se va a ocupar de esto...

Minna empieza a organizar los lugares. Lou se sienta de inmediato en una silla, tapando a Emma que no dice nada.

Minna (a Lou): no puede quedarse aquí, señorita, en esta foto sólo estarán las dos familias. (Lou no le da ni cinco de bolilla y sigue sentada).

Llegan Freud y Jung, y se preparan para ubicarse en la foto, con las restantes mujeres. Se están ubicando, cuando suena el timbre. Martha atiende.

Martha (mirando extrañada a Sabina, que se presenta con su raro atuendo y pasa de largo, entrando a la sala); señorita, mi marido está ocupado...

Sabina (con voz de “ida”): pero veo que están sacando fotos...y yo quiero sacarme una...así que voy a pasar...

Martha: le debo decir a mi hermana Minna que arregle esto.

Minna intenta cerrarle el paso, pero Sabina entra igual. Freud se acerca a ella para ver de qué se trata, y en ese instante Jung la reconoce.

Jung (a Freud): Dr., le presento a una paciente y futura investigadora.

(Sabina saluda a Freud e intenta sentarse en uno de los lugares de la foto, pero Toni se le interpone)

Se vuelve a armar un gran batifondo. Mientras Sabina, una vez que se sentó, quiere decir para qué vino, Minna se pone nerviosa e intenta volver a ordenar las sillas para la foto. Lou sigue cómodamente sentada en una de ellas, sin intenciones de moverse. Toni se acerca a Sabina para intentar retirarla, pero ésta no se deja.

Minna: (a Sabina) yo la invitaría a pasar, señorita, a otra sala de estar, mientras sacamos la foto.

Sabina (muy instalada): gracias, estoy bien acá.

Minna: pero ¿me quieren decir quién le dio la dirección de casa a esta mujer?

Toni quiere retirar a Sabina de la silla, en vano. Entonces, se le sienta encima mientras Sabina grita enojada. El lío entre las mujeres crece continuamente. Sabina dice que nadie escucha lo que ella viene a decir.

En un aparte, Freud y Jung se ponen a conversar a solas sobre el tema de la recién llegada.

Freud (levantando presión, crecientemente): dígame una cosa ¿qué significa la presencia de esta mujer aquí? Yo lo invité a Vd. con su esposa. Para venir con su secretaria, inclusive, creo que me tendría que haber consultado. Pero que además venga a mi casa una de sus pacientes, y que se siente en el medio de la foto del Congreso con semejante desfachatez, creo que es un atrevimiento... (termina la frase gritando desaforado...).

Jung (tratando de ordenar un poco): Sabina, por favor... (a Freud) Dr. la cosa esa así: ella es mi paciente...

Sabina hace gestos, porque quiere decir algo.

Toni (a Minna): creo que nosotras, Minna, como secretarias, podríamos retirar a esta señorita (Minna se hace la desentendida y mira a Toni con resquemor).

Sabina (por lo bajo, pero reiterando la frase): vamos a tener un hijo...vamos a tener un hijo...Carl y yo vamos a tener un hijo...

Freud mira a Jung y a Sabina y no puede creer lo que está escuchando.

Jung (siempre en su tono profesional): bueno, Dr., podemos crear para esto un marco terapéutico y lo discutimos. Porque todo esto, con la señorita, forma parte de una terapia.

Freud (furioso): ¿qué? ...¿lo del hijo forma parte de una “terapéutica”?

Emma lo agarra a Jung y se lo lleva aparte. En el trayecto, Jung quiere llevarse consigo a Sabina, pero no lo consigue. Esta sigue sentada y Freud se le acerca. Ella comienza a hablarle.

Sabina: Dr. Freud, yo quiero que de esto no sólo se entere Vd. sino toda la sociedad psicoanalítica.

Freud: bueno, creo que sería conveniente ir distinguiendo la realidad de la fantasía, en todo lo que está ocurriendo acá.

Sabina: Dr. Freud, el hijo que voy a tener con Carl se llamará Sigfrido y será el representante de la raza aria.

(Jung, viendo que no puede apartar a Sabina, vuelve a los brazos de sus dos mujeres. Se pone debajo del velo con Emma y Toni).

Freud: pero Sabina, no sè cómo tomar esto de una judía como usted.

Sabina: ¡yo lo hago también por usted, Herr Doktor, esto es muy bueno para todos!

Freud: sí, si la estoy entendiendo muy bien. ¡No sabe lo bien que me van a venir estos datos, señorita! (Dirigiéndose a Jung) por favor, haga lo que tiene que hacer, Dr. Jung, con esta señorita...

Entre todas las mujeres, comienzan a presionar para sacar a Sabina del asiento.

Se arma un lío infernal:

Freud: ¡no voy a permitir esto en mi casa!

Sabina: yo no me voy nada...

Martha: no la empujen así, es una madre...

Minna: qué madre ni qué nada...no es una madre...

Jung: preservemos un ámbito terapéutico...

Freud: Dr., yo le diría que sus métodos tienen ciertos riesgos...

Jung: yo intenté comentarle que estoy elaborando un concepto nuevo sobre el encuadre terapéutico...

Freud: no me venga con eso...de momento en que Vd. invita a su paciente a mi casa...

Aparece entonces, de nuevo, el fotógrafo de la Corona, que necesita sacar la foto en pocos minutos… Todos se colocan rápidamente ante la cámara.

Foto para el congreso: así quedaron ubicados todos los personajes.

Jung en primera fila, pero delante de él -que lo tapa- se colocó Toni.
Al lado de Jung, también en primera fila, Sabina Spielrein.
Al otro lado de Jung: Lou Andrea Salomé, que le ocupó el lugar a Emma.
Freud, con Marta (que señala con el dedo a la cámara) y Minna, detrás.
(Freud, discutiendo con las dos mujeres de su triángulo, le toma a su vez la mano a Emma quien, desplazada por Lou, se colocó detrás.) 

O sea que Jung quedó con tres mujeres en su torno (Sabina,Toni y Lou)
y Freud también (con Marta, Minna y Emma).

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ELABORACIÒN:
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Minna-Alumna D: estoy enojadísima porque no hubo tiempo para “encontrarse en los pequeños detalles” (todo el mundo habla, algunos se van sacando los disfraces y no escuchan su queja).

Sabina-Alumna F: (sigue muy en su rol, con sus atavíos de colores y los pantalones arremangados).

Minna-Alumna D: no se podía hablar ni organizar cómo se iba a hacer el congreso. Y luego empezó a “caer gente” que despelotaba todo. En especial Sabina que llegó y ocupó el centro... era una situación demasiado “poco creíble” y eso me molestaba.

Era todo un lío, nadie cumplía las consignas. Si alguien te dice ”corrase”... te corrés ¿no? Pues bien: aquí, nada que ver.

Emma-Alumna A: no me enojé mucho con Lou, pero muchísimo con Sabina. Quizá porque vino con el tema del hijo.

Quizá por eso, el “triángulo Jung-Emma-Toni”, se reunió a solas y tomó la consigna: dejar afuera a Sabina.

Jung-Alumno A: aclaro que para mí, ni Lou ni Sabina eran “problemas”, porque yo no veía nada anormal en sus respectivas presencias.
Estaba instalado en lo científico de esa terapia “especial” con Sabina, donde había incluido lo sexual.

Marta-Alumna B: yo veía todo “rarísimo”. Esperaba algo mucho más serio. Por otro lado, advertí que Emma y Toni cambiaron el tono emocional cuando apareció Sabina. No ocurrió así con Lou, a la que de alguna manera toleraron.

Cuando apareció Sabina, ambas mujeres se aliaron fuertemente entre ellas. Estaban muy enojadas y molestas y eso las unió mucho a las dos. Toni, en particular, había jugado antes un rol muy intelectual y a partir de la entrada de Sabina, se puso muy mal, incluso se le sentó encima, furiosa. Esto parecía mostrar un vínculo entre ellas dos, “extra-Carl”.

Toni- Alumna C: Sí, fue así. Nosotras dos teníamos que funcionar como anticuerpos, frente a los “verdaderos agresores’. Y teníamos muy claro que Sabina era mucho más peligrosa que Lou.

(Este es el momento de la devolución en que la Alumna C. vuelve a hablar en primera persona, como si fuera de nuevo Toni. Todos los demás se pliegan y así volvemos, de alguna manera, a la dramatización)

(Sabina, es la única que desde el principio se cortó sola, tanto en la dramatización como luego, en la devolución. Nunca se sacó el disfraz ni habló como “Alumna F.”, sino que siguió enviando “bocadillos” al resto, desde su personaje).

Toni-Alumna C: lo intolerable es que había un hijo en juego. Por eso, yo traté de taparla, de “removerla”, de hacer alianza con otras mujeres para sacarla. Pero fue en vano.

La peligrosidad de Sabina consistía, sobre todo, en la repercusión sobre la carrera de Jung. Un tema de prestigio, había que “sacarlo del escándalo”.

Marta-Alumna B: dice que, en realidad, es porque estaban celosas.

Minna-Alumna D: yo, al principio, intenté hacer alianza con Toni, le ofrecí cigarrillos, etc. O sea, quise armar con ella la “dupla de las discípulas” o algo así. Pero Toni ni me dió bolilla. Luego, cuando apareció Sabina, se me acercó desesperada para pedir ayuda: “hay que sacarla, hay que sacarla...”, me pedía. Y yo pensé “ahora, arreglate sola”.

Toni-Alumna C: en efecto, ninguna de las mujeres me dio bola, en la “gesta” para desalojar a Sabina, salvo por supuesto Emma.

Jung-Alumno A: cuando llegó Sabina, hubiera querido simplemente aprovechar su presencia para refrescar ese vínculo terapéutico y comentárselo a Freud. Pero no pude, porque tuvo que hacerme eco de la convocatoria de Toni y Emma, que me pidieron “alianza” para dejar afuera a Sabina.

El encuadre terapéutico no era peligroso en sí, como temía Freud. En todo caso estaba reñido con una cierta moral, pero desde el punto de vista de la experimentación...

Emma-Alumna A: mirá Carl, ahora que te escucho...te agarraría a patadas.

Jung-Alumno A: pero si yo tuve buenos resultados con esta investigación...

Emma-Alumna A: de acuerdo...pero era una desubicación con el lugar y el momento...

Jung-Alumno A:: otra cosa que me molestó fue que Freud y yo estábamos tan comprometidos en nuestra conversación y, de pronto...¡la foto para el congreso! Me pareció una interrupción muy tonta...

Marta-Alumna B: a mí me parecía loquísimo todo, de entrada. Cuando vino el tema de la foto, para mí ya todo era tan disparatado que no agregaba nada. Por ejemplo, la escena de “los tres dentro del velo y Toni hablando por detrás, con Jung moviendo la boca”: desde afuera, era loquísimo.

Minna-Alumna D: coincido, es como si a este mundo recatado de la Viena del 1900, hubiera llegado el grupo De La Guarda.

Toni-Alumna C: yo sentía todo muy normal, para nada había algo “transgresor” en lo que hacíamos.

Jung-Alumno A: yo sentí que Freud y su familia eran muy anticuados, realmente.

Freud-Alumno B: a mí me jodió mucho la interrupción de la escena final, porque estaba empezando a encontrarme con una “veta muy atractiva”, que era cierto vínculo con Carl que prenunciaba cosas. Por ejemplo, pugna por el poder y nada que ver con lo teórico. Era algo muy vital.

Cuando apareció Sabina y las mujeres de Carl intentan sacarla de la escena, yo comprendí que esta mujer, en algún sentido, era “aliada mía”, en cuanto a “eso” que me empezaba a pasar con Carl.

Al principio fue diferente. Cuando ella entra, me dije”esto es demasiado. ¡Se van todos !”. Pero luego, cuando ella empieza a hablar de su embarazo, algo en mí cambia y aparece un interés, para nada profesional. Era algo con respecto a la rivalidad con él.

Jung-Alumno A: yo, en algún momento, me sentí “tratado como un chico” por Freud, cuando me objetó que Toni me “dictaba” desde un papel. Me sentí como un escolar al que se le reprocha que se está “copiando”.

Freud-Alumno A: coincido, para mí, era indignante esa escena.

Marta-Alumna B: no estoy de acuerdo, era una escena impresionante, porque se notaba que había “algo de la teoría que surgía de Toni. Ella era una parte tuya, Carl. “

Freud-Alumno B: obviamente, esa escena tenía un matiz fantástico y era realmente impresionante. Pero a mí me salía pensar: ése no es él. Alguien le está pasando “letra”. Esto se confirma luego con el papel que ella le pasa y esto me sorprende aún más, por el hecho de que haya no sólo “una mujer hablando”, sino que además esté diciendo cosas “dignas de ser escuchadas”.

Pero cuando ella le escribe lo que él me tiene que decir a mí, esto es demasiado. Para mí, acá viene algo totalmente inesperado, no es algo que cuadre en la relación entre dos hombres, de “logos a logos”. Entra, en el medio de ambos, una “mujer”.

Luego, cuando en el tema del método terapéutico, aparece “el caso Sabina”, ya fue demasiado. Al principio, dije: “bueno, se terminó. Acá se van todos, ya”.

(Comentario general, ahora, sobre cómo aparecía Marta-Alumna A: realmente “colgada de la palmera”, haciendo gestos con los ojitos, con la gran cafetera en la mano. No tenía idea de lo que pasaba. Era más venusina que Minna, quien se había “chupado” todo el Saturno de la familia Freud).

Freud-Alumno B: cuando entra Sabina con su tema, yo le creo. Pero, en particular, lo que le agradecía es que me traía un “dato de poder” sobre Carl.

Toni-Alumna C: ¿por qué, era porque el “caso Sabina” corroboraba el determinismo sexual de las neurosis?

Freud-Alumno B: para nada! Era por algo totalmente personal. Percibí que era una veta a favor mío. Me dije: esto es una joya para mí. Es algo para sacar de la manga, en cualquier momento, para usar en lo que ya se comenzaba a gestar entre Jung y yo.

Por la actitud de Carl en este encuentro ya se estaba prefigurando una “ruptura” porque él venía a cuestionar directamente el tema de la libido. Yo pensaba: “no, eso viene después. Consultale a tu secretaria”. Pero en ese interés de él por la polémica, en este encuentro inicial...

Toni-Alumna C: ( interrumpe): sí, pero se había decidido plantear este tema de entrada. Fue una decisión de los tres.

Sabina-Alumna F: no sè si se dan cuenta, que a mí siempre me están silenciando...

Coordinadora-Olga: escuchemos un poco a Sabina, que se presenta “como el vínculo desde el conflicto” entre estos dos hombres.

Sabina-Alumna F: yo sentía a esta gente tan terrenal, tan visceral. Eso de preocuparse por la foto...

Emma-Alumna A: ¡pero si vos venías a sacarte la foto, precisamente!

(todos se hacen eco de esto y la cargan a Sabina. O sea, vuelven a no escucharla).

Sabina-Alumna F: yo sentía que Carl no me defendía, aunque era evidente que tenía una relación conmigo. Con Freud tuve un poco más de sintonía, pero era tal la batahola de mujeres que había por ahí, que no era posible hablar de mi tema. Además, se pusieron directamente violentas. Primero, Toni se me sentó encima. Luego, para sacarme, me levantaron con silla y todo. Al principio, me dije ¡qué lindo, me van a hacer “sillita de oro”! Pero enseguida me dí cuenta que me querían tirar por la ventana.
Y luego, me dí cuenta que nadie quería escuchar “mi verdad”.

Freud-Alumno B: yo estaba muy dispuesto a escucharla, porque eso me favorecía mucho. (Le preguntan por qué lo dice). Porque me daba elementos de “poder” sobre Jung.

Sabina-Alumna F: yo podía haber hablado con él, y con Jung, pero no con las mujeres. Ellos dos eran los únicos que me podìan entender, tenían un poco de “vuelo”, en este grupo (las alumnas mujeres la quieren matar)

Jung-Alumno A: a mí me molestaba que Sabina viniera a hablar del hijo en ese momento, mezclando las cosas. Estábamos en medio del tema de una foto para el Congreso...

Sabina-Alumna F: me extraña que hagas esos problemas con el tema de los tiempos, vos que sos el “rey de la sincronicidad” (risas generales).
En cuanto a Minna, me resultaba totalmente pesada: pendiente todo el tiempo de la organización, y de las listas para el Congreso.
¿No pueden entender lo que traigo? ¿Que una cosa se puede mezclar con la otra, que un tiempo en el fondo es como el otro, y que todo es maravilloso?

Coordinadora-Olga: ¿ése era tu secreto, Sabina?

Sabina-Alumna F: no, para nada...se trata de otra cosa.

Toni-Alumna C: yo creo que no es así. Como ella no tiene los méritos suficientes como para estar aquí, está inventando todo esto. Está manejándonos a todos con la fantasía del hijo.

Freud-Alumno B: ¿y cuánto será el nacimiento?

Sabina-Alumna F (cortante); el tiempo lo dirá. ¡Y no me haga trampas, porque yo también sè! No hace falta que me crea, sobre si el embarazo es real o no. Porque Vd. sabe tan bien como yo, acerca del valor de lo simbólico.

Jung-Alumno A: quizá aquí reside el problema. Quizá él no está al tanto del valor de lo simbólico.

Sabina-Alumna F: estas cosas hay que hablarlas en otro ámbito. No ante estas mujeres que están tan metidas en lo “real”, en lo prosaico de las sillas y las fotos, y lo demás. La vida es otra cosa, es el mundo de las ideas...

(interesa, cómo todos se fueron poniendo de nuevo en su personaje).

Minna-Alumna D: yo veía a Jung muy “comido por sus ánimas”. Lo había imaginado más corpulento, más leonino, más central. Nosotras, las mujeres de Freud, estábamos más en la “sombra”, pero a él se lo veía más influenciado.

Martha-Alumna B: quizá no estuviera influenciado, sino que él encontraba una parte de sí en esas mujeres.

Freud-Alumno B: yo sentía que había con él un fortísimo vínculo padre-hijo, que iba creciendo. Pero en el medio había mucha sorpresa, por la fuerte presencia de las mujeres en él. Cuando yo le hago un comentario muy técnico, de pronto escucho la voz de su secretaria. Y luego, me viene con un escrito hecho también por ella. Era inaudito para mí: me traía mujeres “que hablaban y que pensaban” y eso me volvía loco. En la charla que intentábamos tener a solas, salía continuamente este tema, en el que yo veía integrarse crecientemente el vínculo padre-hijo.

Jung-Alumno A: yo comencé a prever por anticipado la ruptura, con la carga de esta rivalidad padre-hijo.

Freud-Alumno B: yo creo que la ruptura no se da por discrepancias teóricas, por lo menos no únicamente. Hay un tema que es: cómo jugaban las mujeres en la vida de cada uno.
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“JUNG Y NOSOTROS ” Olga Weyne
En la semana siguiente (11 / VIl / 96)

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SIGUE LA ELABORACIÒN DE LA DRAMATIZACION: “ENCUENTRO JUNG-FREUD”

CON UNA “AMPLIFICACION” EN DOS ESCENAS.

Nos volvemos a colocar los disfraces, pero ahora estamos sentados unos frente a otros, leyendo la elaboración que hicimos espontáneamente al final de la dramatización anterior.

No llegò a tiempo Sabina- Alumna F. y como vino de observadora Liliana- Alumna G, la colocamos a ella en el rol de Sabina. Como no estuvo la semana pasada, Sabina-Alumna G, pregunta quién era quién.

Nos reímos por el rol de “mujer-medio” de Sabina, que encarna en cualquier cuerpo y por su Urano irreductible. Empezamos a hablar un poco, cuando entra Sabina-Alumna F, y entonces todo parece volver a la “locura” de la semana pasada.

Minna-Alumna D: (reitera sus opiniones de la semana anterior. Era una situación demasiado poco creíble, nadie cumplía las consignas). Lo que me pasaba era precisamente esto: había un tema con el registro y con la respuesta. Si yo le decía “correte”, o “pum”, (convención, “te maté”) ella seguía como si tal. No había registro, ni lugar para los pequeños detalles de cada uno. Muy show-off, muy acting, muy para afuera.

Sabina-Alumna F: se sienta en un extremo de la ronda y Sabina-Alumna G quedó en el otro extremo.
Sigue Minna-Alumna D: yo me quedé “encabronada” y no pude salir de ahí, porque no podía imponer orden. Entonces, empecé a dejar de creer en todo lo que pasaba. Era un circo demasiado delirante. Yo pensé que iban a aparecer detalles que cantaran la sombra del otro, pero en los diálogos y en los vínculos más calmos, con más escucha de uno hacia el otro.
Yo quería organizar “el Congreso de Viena”, porque Martha estaba “colgada de la palmera” sirviendo el tecito. Yo quería el vals, los canapés, las invitaciones...y no podía lograr nada...

Coordinadora-Olga: Vemos un poco la sinastría entre Freud y Minna, que era geminiana: el Saturno en Libra de Minna cae en la casa XII de Freud. Pues bien: Alumna D tiene su Neptuno a 23 grados de Libra, o sea, exactamente sobre el Saturno de Minna y en la XII de Freud. Este a su vez tiene “enfrente” a Venus, a 23 grados de Aries.
El amor de Minna parece ser hacia “el sabio”.

Minna-Alumna D: sí, es así . Lo nuestro era muy “de la cabeza”, yo era su memoria, sus papeles, sus notas. Nosotros, la familia de Freud, estábamos un poco “afuera”, o nos habíamos quedado en “la vieja Viena”, mientras ellos venían tipo “teatro de vanguardia” a deshacernos todo.

ESCENA ENTRE JUNG Y SABINA (EN EL CONSULTORIO DE JUNG)

Sabina- Alumna F: vengo a decirte algo con respecto al hijo, Carl. No sè todavía si lo tengo dentro mío o no, pero el hecho no es ése. Se trata de que es algo absolutamente imprescindible, la coronación de nuestra relación.

Carl- Alumno A: yo sè que te va a resultar increíble lo que te voy a decir, Sabina, pero ese hijo no existe.
Sabina: existe, por supuesto que sí. Ya tengo el nombre y todo...

Carl- Alumno A: ni siquiera existe nuestra relación...

Sabina: (sigue en su discurso, sin inmutarse)...tengo el nombre, te decía: se va a llamar Sigfrido. ¿Te acordás la ópera de Wagner? Sigfrido de como vos, alto, rubio, de ojos azules, hermoso. ¿Y te acordás cómo se llama el padre de Sigfrido? Se llama Sigmund.

Carl-Alumno A: entonces quizá sea hijo de Freud...

Sabina: no, es hijo tuyo...es tuyo...Yo te amo a vos. Quiero recordarte, Carl, que vos a mí ya me curaste, ya no estoy como estaba antes. Y los métodos que habías empleado...bueno...es cierto que vos pensabas que era algo conveniente para mí...

(Emma-Alumna A: escucha tras la puerta del consultorio, esperando para entrar. Se la ve agitada).

Carl- Alumno A: Sabina, si yo te receto entonces una pastilla para curarte, ¿vos te vas a enamorar del frasquito?

Emma-Alumna A (entra apurada y gritando): Carl, necesito que vengas ya...uno de los chicos se cayó y sangra mucho...

Carl-Alumno A (vacila): este...¿sabés que podemos hacer? Llamá a...

Emma- Alumna A: no, no, quiero que vengas vos...

Sabina-Alumna F (mira a Emma): pero, así que todos estamos con cuestiones de chicos aquí, parece...

Emma-Alumna A (furiosa por la vacilación de Carl) : está bien, me arreglo sola...(y se va llorando).

Sabina-Alumna F (satisfecha): lo primero es lo primero, Carl. Me parece bien que te quedes. Yo he aprendido tanto, pero tanto....Yo ya “veo”, ya “veo” muchas cosas...Y por eso quiero verlo a Freud también... Porque mi vínculo con vos es de otro tipo, por ejemplo, no hubiera podido curarme... Pero quiero hablar de algunas cosas teóricas con él ¿a vos no te molesta?

Carl-Alumno A (seco):no, en principio. Pero me parece algo un poco violento...

Sabina-Alumna F: cuando el otro día entré en la casa de Freud, vi “cosas” tan raras...Claro, yo después me desconecto ...Pero me quedé pensando.... ¡cuántas cosas destructivas había ahí! Y me quedé pensando: así es el ser humano. Eso es, en todo caso, la muerte o su tendencia destructiva...Me quedé pensando mucho acerca de eso... De todo esto quiero hablar con Freud, Carl ¿Me entendés? Me parece que no me entendés.

Lo que te digo, es que “Sigfrido” es la coronación de toda nuestra relación: la vinculación, la teoría, todo, todo. Es el fruto.

Carl-Alumno A: Sabina, ¿habías tenido relaciones sexuales antes de esto?

Sabina-Alumna F: ¿qué cosas me preguntas, Carl? Bien sabes que no, que yo era virgen.

Carl-Alumno A (medita, lejano. ).

Sabina-Alumna F: (como para sí) él es tan bello, tan bueno... pero, en fin. Yo ahora tengo que decirle algunas cosas al Dr. Freud.

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Debate entre todos, acerca de las “proyecciones” del paciente en el psicoanalista. Y sobre transferencia y contra-transferencia.

Alumno B (Freud): ella amenazaba con el arquetipo de la Madre y del Padre, al mismo tiempo: era “voy a tener un hijo con vos”, pero además “se lo voy a decir a papá”.
El poder de la “mujer-Madre”. Era una amenaza.

El tema del “encuadre” peculiar con que Jung trabajó esto. Incluso Emma lo sentía así, sentía que era una sesión. Pero Sabina no se sentía en sesión.

Jung se mantuvo en “sus trece” todo el tiempo: Saturno y Urano irreductibles, todo el tiempo. Lou lo vio defendido en lo intelectual, para zafar de una mujer.

Una palabra contra la otra, dice Minna-Alumna D.

¿Era el terapeuta o era el amante? Gran debate, nos cruzamos entre todos.

Toni-Alumna C: apoya la opinión de Jung, y Freud-Alumno B le dice: porque a vos también te lo hizo... Toni dice que en la casa de Freud, debajo del velo, Jung le explicó y ella entendió (lo del encuadre). Pero hoy lo vió “enfrentando al monstruo” de lo que estaba generando, por eso se lo veía en ese brete. Casi al borde del escándalo “social”...si se descubría lo de Sabina y èl. Sabina era una psicopatona, que tenía un “rehén”, con el que lo quería castrar a Jung. Y era necesario “sacarlo de esa trampa”.

A Sabina-Alumna F le sorprendió que Emma-Alumna A se fuera y lo dejara con ella.

Emma-Alumna A: debía haber sentido un “respeto religioso” por el trabajo de él.

(De nuevo, como en juegos teatrales del año pasado , el “tope de Sabina” se manifiesta en el momento del “salto al vacío” de Jung).

No quiere salirse de su estructura saturnina, no tolera caer en el vacío en el que inevitablemente caerá. Sabina debe ser una mensajera de esto.

Alumna B- Martha: habla de la contratransferencia. En Psicología de la Transferencia se ve esto: su verdadera “locura” sexual con esta mujer. Es lo que le pasa muchas veces a los terapeutas. En las cartas entre ambos se la menciona a ella, y Jung le pide consejo. Freud se muestra compinche y lo comprende, porque parece haber pasado por lo mismo alguna vez.

(en ese momento, se descuelga sola la carta natal de Jung de la pared).

Alumno A-Jung: cree que todo esto se lo podría decir a Emma, pero nunca a Sabina. No se sentía “en delito alguno”.

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SABINA EN SESION CON FREUD (síntesis de la escena jugada por ambos)
A ella le interesa mucho la psiquiatría. Le quiere pasar la copia de su tesis, sobre temáticas de esquizofrenia.

Freud pregunta si Jung ya la leyó. Ella dice que sí, pero que no le dio ninguna respuesta.

Ella tiene muchas “ideas”. Y lo considera a él un “maestro”. Por un lado, el ser humano tiende a vivir, a crecer, etc. Por el otro lado parece haber algo equivalente, a desaparecer...algo así como ... ”una pulsión, podría ser”?

Freud-Alumno B: bueno, ahora que lo dice, quizá algún día se me ocurra llamarlo así. Incluso quizá lo llegue a llamar “instinto de muerte”.

Sabina-Alumna F: yo “se” que hay otra cosa, quizá porque antes estuve tan mal.
¿Le puedo escribir? No hace falta que Jung se entere.

Freud-Alumno B: a propósito, ¿cómo va el hijo?

Sabina- Alumna F: Y bueno, ha nacido algo espléndido...es justamente todo esto que le estoy contando.

Freud-Alumno B: sorprendido: ah, era la parte teórica...

Sabina-Alumna F: por supuesto, Dr., supongo que Vd. sabe interpretar
Mi mamá habló con el Dr. Jung, pero él, siempre tan distante.

Freud-Alumno B: ¿a ella le dijo que la iba a hacer abuela?

Sabina- Alumna F: qué chistoso...
Yo lo amo a Jung y lo amaré hasta que muera. Es un amor que va más allá. El ha puesto distancia, pero yo insisto, le escribo mucho.

Freud-Alumno B: él tiene una secretaria ahora, creo, Toni

Sabina-Alumna F: (indiferente), sí, alguien inteligente creo...es bastante más grande que yo. Yo soy joven todavía. Pero tengo muchas ideas...
¿Le interesa que sigamos hablando acerca de estos temas de la “muerte”?

Freud-Alumno B: por supuesto...

Sabina-Alumna F: bueno, se lo voy a traer bien sistematizado.
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ESCENA DE JUNG CON FREUD, “MANO A MANO”.
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Freud-Alumno B: tiene un anticonceptivo debajo del sombrero. Dice que es por las dudas, por si tiene que tratarla a Sabina.

Jung-Alumno A: bueno, en fin, estoy aliviado porque la “obra” de Sabina fuera en definitivo el hijo.

Freud-Alumno B: ah, te preocupaba...

Jung-Alumno A: sí, me resulta importante transmitirle la experiencia con Sabina. Fue el caso más importante que tuve hasta ahora. Me puso a prueba en todo, en todas mis investigaciones. Y creo que obtuve un buen resultado...

Freud-Alumno B: (silencioso)

Jung-Alumno A (sigue): ella llegó muy mal, y en un comienzo tuve muchas dudas con respecto a su recuperación.

Freud- Alumno B: ¿cree que ella está realmente curada?

Jung- Alumno A: sí, ella ni siquiera podía salir de su casa.

Freud-Alumno B: no, me llamaba la atención porque ella sigue sosteniendo que tiene un hijo suyo. Claro, será un delirio... Pero, por eso, ¿terminó la terapia porque se curó? ¿O porque el tema del hijo será un problema para usted?

Jung-Alumno A: no entiendo, Dr.

Freud-Alumno B: no se, no lo entiendo. ¿Es un delirio?

Jung-Alumno A: el tema del hijo ya no forma parte del discurso de Sabina.

Freud- Alumno B: mire, a mí me dijo incluso que había nacido.

Jung- Alumno A: en realidad, dijo que “voy a tener un hijo con Vd.”

Freud- alumno B: no conmigo, perdón...

Jung- Alumno A: fue un lapsus...

Freud- Alumno B: no nos interpretemos.

Jung- Alumno A: al principio, ella fantaseaba con un hijo mío real. Pero luego, eso fue derivando hacia su potencial creativo, como investigadora. Y que ese sería su “fruto”, su hijo.

Freud- Alumno B: perdón, debo insistir. Así como a mí alguna vez me engañaron las histéricas, creo que ella puede haber hecho esto con Vd.

Jung- Alumno A: perdón, Dr., yo he sido siempre un caballero, y jamás la he visto embarazada.

Freud- Alumno B: pero no, no dudo de Vd. Digo que quizá ella no esté del todo curada...

Jung- Alumno A: es algo que le dice a Vd.

Freud- Alumno B: no sólo conmigo, me temo que incluso esto sea publicado. Por ejemplo en la tesis de ella, que parece incluir este dato. En el Congreso que viene, creo que esto saldrá. Sobre todo por el conflicto que parece provenir del hecho de que, o ella tiene un hijo y eso es un conflicto para ella. O no lo tiene y entonces delira. Pero como usted la ha dado de alta, creo que es altamente riesgoso. No quiero pensar que se la quiso sacar de arriba... Ah, pide letra ahora...

Jung-Alumno A (se pone debajo del velo, con Toni) No me preocupa en absoluto. Confío en la capacidad de Sabina.

Freud- Alumno B: no se preocupe, Dr. A mí me pasaría lo mismo

Jung- Alumno A (muy tensionado): Dr., debo decirle que yo percibo desde un comienzo, que Vd. a mí me “ha puesto fecha”.

Freud- Alumno B (sorprendido): pero no...

Jung- Alumno A: sí, que a Vd. le ha preocupado, antes que el tema Sabina, ubicarme en un lugar por debajo suyo. Tema con el que nunca lo he querido amenazar y que no forma parte de mi preocupación. Más que en el caso Sabina, que conozco en profundidad, me está preocupando ahora el tema de nuestra relación...

Freud- Alumno B: no tengo ningún inconveniente en que hablemos de nuestra relación...pero como Vd. vino para hablar de Sabina. Además, Emma me escribió mucho acerca de esto...

Jung- Alumno A (se cubre con el velo con Emma para preguntarle; Emma dice que sí, pero que no se acuerda); perdón, Dr., veo que a Vd. le preocupa o molesta algo de mí...

Freud- Alumno B (muy molesto) : pero, perdóneme. ¿Vd. cree que a mí, a esta altura de mi carrera, me puede preocupar algo? (Empieza a gritarle).

(Ahora se cubren ambos con el velo y hablan en voz baja)

Freud- Alumno B: ¿y ahora cómo salimos de esto?

Jung- Alumno A: creo que estamos jugando ya algo muy arquetípico, algo tipo “padre-hijo”.

Freud – Alumno B: sí, algo de esto hay. Tengo una sensación parecida...Tendríamos que ver en todo caso como salimos de esto...

Jung- Alumno A: no sè si se puede. Me parece que esto ya “está escrito”...

Freud- Alumno B: escrito por Vd.

Jung- Alumno A: y bueno, puede ser.

Freud- Alumno B: entonces , ¿conoce el final? ¿Cuál es?

Jung- Alumno A: en el final, yo lo mato a Vd.

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Coordinadora- Olga: señal muda a todos de “aquí ponemos el final”.