LUNA LLENA CON ECLIPSE PARCIAL, MARTES 16 DE JULIO 2019
A LAS 18:32 hs (CABA, ARGENTINA). 21:32 GMT. A 24:04 DE CAPRICORNIO
(Viejas reflexiones, muy pero muy reiteradas ... pero aún vigentes)
Cada vez me pregunto más por el sentido y aporte de estos comentarios que hacemos los astrólogos. Quizá en algo colaboren nuestros intentos, sobre todo en esta época tan agitada que nos impide sostener la atención meditativa por más de algunos minutos corridos.
Sea como fuere, intuyo que si no nos comprometemos más a fondo en la exploración de lo que hay "por detrás" del orden del universo, la astrología meramente reproduzca en el presente lo que las religiones de la Era de Piscis hacían en el pasado. Calmar nuestra inquietud álmica -no dije "espiritual" a propósito- serenarnos y como mucho hacernos "un poco más buenos" -lo que por cierto es importante y suma mucho a nuestra convivencia social.
Pero ¿alcanza actualmente sólo con eso? ¿No se abre en nuestro interior un voraz apetito que no nos deja en paz, que nos susurra por debajo que, si no abrimos más la percepción, otra vez estaremos instaurando con la astrología una "religión" como las del pasado, ésas que algunos sociólogos llamaban "el opio de los pueblos"?
Siempre calman algo estas fascinaciones pasajeras: "decime donde cae el eclipse de Luna en MI carta por favor, así medito y entro en sintonía cósmica". No digo que esté mal. Sólo digo que estas preguntas se me hacen cada vez más acuciantes.
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Me consta cada palabra de las que escribo, no las publicaría de no ser así. Sin embargo, cada vez con más frecuencia me pregunto por qué lxs astrólogxs decimos lo que decimos. Y si alcanza con lo que decimos. ¿Por qué somos escuchados con tanta receptividad y benevolencia? Y sobre todo ¿en qué reside el poder constructor de nuestros relatos?
Siempre trabajé con ciclos, desde que me crucé con la astrología. Fue lo primero que me invitó a la investigación -el orden del despliegue "temporal" de los procesos vitales- porque mi entrenamiento como historiadora necesitaba sumar este nuevo paradigma.
A partir de ese momento, hace ya más de un cuarto de siglo que investigo de manera vital estos relojes del universo. No hay día que no corrobore, y siempre me produce un vértigo en la coronilla, que las vidas particulares respondan a estos relojes, tanto como la naturaleza y el cosmos.
No producen calma ni relax estas nuevas constataciones. Por el contrario, a muchos de nosotros nos mantienen en estado de agitación álmica permanente.
¿De dónde proviene la fuente, la motivación, el despertar de este contacto humano con el ritmo de la totalidad? ¿Qué gigantesco cambio de identidad nos genera, como humanos, sabernos entidades conscientes capaces de ir develando este misterio? ¿A qué imágenes nuevas deberemos apelar ahora que ya no podemos refugiarnos en las protectoras entidades de los Dioses de la Era de Piscis?
CREO QUE LXS ASTRÓLOGXS TAMBIÈN ESTAMOS ANTE UN ABISMO METODOLÓGICO
Ya no alcanza con que "nos crean". Y mucho menos alcanza con que nosotrxs mismxs nos apoltronemos en las guías y relatos recibidos, por más constataciones aparentes que creamos detectar en ellos.
Me parece que se nos está abriendo un abismo gigantesco, probablemente "regido por Neptuno en Piscis", tal como la guía astrológica tradicional nos viene recordando. Sólo que esa zona abismal, la más lejana de nuestro centro de identidad conocida, nos está confrontando con algo nunca visto por nuestra conciencia humana.
A esta intuición de lo nuevo, vertiginosa y que compartimos con el resto de la humanidad, se suma -para lxs astrólogxs- la enorme responsabilidad de intentar una nueva manera de transmitirla. Ya que desde siempre ésta fue nuestra función: acercar a la tribu humana, de la manera más comprensible posible, los indicios de lo más vasto.
LOS ECLIPSES CICLAN, COMO TODO EN EL UNIVERSO
Desde hace años me vengo acunando en esta melodía, tan antigua, que nuestros antepasados llamaron Saros (que literalmente y en caldeo antiguo significa "ciclos", en este caso de eclipses lunares o solares). Le venimos siguiendo la pista en los cursos de egresados.
He diseñado un método de pesquisa para que las coordenadas de tiempo y espacio, desde el pasado, nos permitan obtener algunas constataciones que realmente asombran y nos dejan a veces en estado de fascinación. Seguiremos con ellas, en los grupos presenciales, como lo hacemos dos veces por año, cada vez que el ritmo de los eclipses -lunares y solares- nos invita a danzar con ellos.
Ojalá esta inquietud que me habita se vaya de a poco calmando, en contacto con la "paciencia sagrada de la espera": el poderoso arte del universo.
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Este es un escrito del ya lejano 2015. En la primera parte, propongo e intento sumarme al contacto emocional que produce una Luna Llena con Eclipse. La última parte del escrito corresponde a los sucesos de ese año.
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ESTA ES LA CARTA DEL CIELO EN EL MOMENTO DEL ECLIPSE, PARA BUENOS AIRES
Buen eclipse lunar, amigxs
ow
LUNA LLENA CON ECLIPSE PARCIAL, MARTES 16 DE JULIO 2019
A LAS 18:32 hs (CABA, ARGENTINA). 21:32 GMT. A 24:04 DE CAPRICORNIO
(Viejas reflexiones, muy pero muy reiteradas ... pero aún vigentes)
Cada vez me pregunto más por el sentido y aporte de estos comentarios que hacemos los astrólogos. Quizá en algo colaboren nuestros intentos, sobre todo en esta época tan agitada que nos impide sostener la atención meditativa por más de algunos minutos corridos.
Sea como fuere, intuyo que si no nos comprometemos más a fondo en la exploración de lo que hay "por detrás" del orden del universo, la astrología meramente reproduzca en el presente lo que las religiones de la Era de Piscis hacían en el pasado. Calmar nuestra inquietud álmica -no dije "espiritual" a propósito- serenarnos y como mucho hacernos "un poco más buenos" -lo que por cierto es importante y suma mucho a nuestra convivencia social.
Pero ¿alcanza actualmente sólo con eso? ¿No se abre en nuestro interior un voraz apetito que no nos deja en paz, que nos susurra por debajo que, si no abrimos más la percepción, otra vez estaremos instaurando con la astrología una "religión" como las del pasado, ésas que algunos sociólogos llamaban "el opio de los pueblos"?
Siempre calman algo estas fascinaciones pasajeras: "decime donde cae el eclipse de Luna en MI carta por favor, así medito y entro en sintonía cósmica". No digo que esté mal. Sólo digo que estas preguntas se me hacen cada vez más acuciantes.
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Me consta cada palabra de las que escribo, no las publicaría de no ser así. Sin embargo, cada vez con más frecuencia me pregunto por qué lxs astrólogxs decimos lo que decimos. Y si alcanza con lo que decimos. ¿Por qué somos escuchados con tanta receptividad y benevolencia? Y sobre todo ¿en qué reside el poder constructor de nuestros relatos?
Siempre trabajé con ciclos, desde que me crucé con la astrología. Fue lo primero que me invitó a la investigación -el orden del despliegue "temporal" de los procesos vitales- porque mi entrenamiento como historiadora necesitaba sumar este nuevo paradigma.
A partir de ese momento, hace ya más de un cuarto de siglo que investigo de manera vital estos relojes del universo. No hay día que no corrobore, y siempre me produce un vértigo en la coronilla, que las vidas particulares respondan a estos relojes, tanto como la naturaleza y el cosmos.
No producen calma ni relax estas nuevas constataciones. Por el contrario, a muchos de nosotros nos mantienen en estado de agitación álmica permanente.
¿De dónde proviene la fuente, la motivación, el despertar de este contacto humano con el ritmo de la totalidad? ¿Qué gigantesco cambio de identidad nos genera, como humanos, sabernos entidades conscientes capaces de ir develando este misterio? ¿A qué imágenes nuevas deberemos apelar ahora que ya no podemos refugiarnos en las protectoras entidades de los Dioses de la Era de Piscis?
CREO QUE LXS ASTRÓLOGXS TAMBIÈN ESTAMOS ANTE UN ABISMO METODOLÓGICO
Ya no alcanza con que "nos crean". Y mucho menos alcanza con que nosotrxs mismxs nos apoltronemos en las guías y relatos recibidos, por más constataciones aparentes que creamos detectar en ellos.
Me parece que se nos está abriendo un abismo gigantesco, probablemente "regido por Neptuno en Piscis", tal como la guía astrológica tradicional nos viene recordando. Sólo que esa zona abismal, la más lejana de nuestro centro de identidad conocida, nos está confrontando con algo nunca visto por nuestra conciencia humana.
A esta intuición de lo nuevo, vertiginosa y que compartimos con el resto de la humanidad, se suma -para lxs astrólogxs- la enorme responsabilidad de intentar una nueva manera de transmitirla. Ya que desde siempre ésta fue nuestra función: acercar a la tribu humana, de la manera más comprensible posible, los indicios de lo más vasto.
LOS ECLIPSES CICLAN, COMO TODO EN EL UNIVERSO
Desde hace años me vengo acunando en esta melodía, tan antigua, que nuestros antepasados llamaron Saros (que literalmente y en caldeo antiguo significa "ciclos", en este caso de eclipses lunares o solares). Le venimos siguiendo la pista en los cursos de egresados.
Me parece que se nos está abriendo un abismo gigantesco, probablemente "regido por Neptuno en Piscis", tal como la guía astrológica tradicional nos viene recordando. Sólo que esa zona abismal, la más lejana de nuestro centro de identidad conocida, nos está confrontando con algo nunca visto por nuestra conciencia humana.
A esta intuición de lo nuevo, vertiginosa y que compartimos con el resto de la humanidad, se suma -para lxs astrólogxs- la enorme responsabilidad de intentar una nueva manera de transmitirla. Ya que desde siempre ésta fue nuestra función: acercar a la tribu humana, de la manera más comprensible posible, los indicios de lo más vasto.
LOS ECLIPSES CICLAN, COMO TODO EN EL UNIVERSO
Desde hace años me vengo acunando en esta melodía, tan antigua, que nuestros antepasados llamaron Saros (que literalmente y en caldeo antiguo significa "ciclos", en este caso de eclipses lunares o solares). Le venimos siguiendo la pista en los cursos de egresados.
He diseñado un método de pesquisa para que las coordenadas de tiempo y espacio, desde el pasado, nos permitan obtener algunas constataciones que realmente asombran y nos dejan a veces en estado de fascinación. Seguiremos con ellas, en los grupos presenciales, como lo hacemos dos veces por año, cada vez que el ritmo de los eclipses -lunares y solares- nos invita a danzar con ellos.
Ojalá esta inquietud que me habita se vaya de a poco calmando, en contacto con la "paciencia sagrada de la espera": el poderoso arte del universo.
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ESTA ES LA CARTA DEL CIELO EN EL MOMENTO DEL ECLIPSE, PARA BUENOS AIRES
Buen eclipse lunar, amigxs
ow
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