lunes, 30 de septiembre de 2019

LOS DOS BARCOS Y LA CARTA DE LA ARGENTINA. PUENTES PARA LIBRA 2019

ESCRITO CON CIERTO RETRASO, PORQUE EL ASCENDENTE DE LA ARGENTINA EN ESTE SIGNO ME LLEVÓ A REFLEXIONES QUIZÁ DIFÍCILES DE COMPARTIR.

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NUESTRO DIFÍCIL DESTINO COMPLEMENTARIO Y UNA NUEVA OPORTUNIDAD… ¿CUÁNTAS MÁS NOS DARÁ LA VIDA Y LA HISTORIA?
Aquí en el sur, el equinoccio primaveral llega con el arranque de Libra y el advenimiento de la primavera. Es el orden pitagórico –por así llamarlo- del que partimos en nuestra Cosmología. Es el día en el cual en ambos hemisferios, sur y norte, hubo durante un efímero segundo la misma proporción de luz que de oscuridad. Para nosotros ocurrió el lunes 23 de setiembre 2019 a las 4:51 AM.
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EN ESE ORDEN AMPLIO SE INSCRIBEN LOS OTROS ÓRDENES (LOS TERRESTRES, LOS HUMANOS).
A veces confundimos el lenguaje astrológico con uno que sólo atiende a las lecturas humanas sobre sí mismas. Grave error, no porque ello en sí sea erróneo, sino porque es un orden incluido en otro mayor, el del giro de la Tierra alrededor del Sol. Más allá hay otros órdenes ligados a giros aún mayores pero aquí no nos ocupamos de ellos. Nos centramos en la traslación de nuestra amada Tierra alrededor del Sol. Los doce signos, las cuatro estaciones.
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EN LO HUMANO PERSONAL. EN LO GRUPAL Y EN LO NACIONAL, TAMBIÉN.
Uno de los órdenes incluidos en este ciclo anual es el del país, esto es, el orden de la vida política nacional. La carga sombría en la Argentina no se disipará con la salida de este gobierno, con el final de esta etapa inconcebible, dramática y patética a la vez. Quedamos en una situación de posguerra, literal. Con el agravante de que esta destrucción del país en todos sus niveles no se hizo con las armas y la tortura como en la época de la dictadura. Se la permitió con los votos de la mitad de la población, incluyendo los de muchos de los más desposeídos, que con esta decisión auto-destructiva le abrieron las puertas a sus victimarios.
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Las excusas son muchas, o quizá sean auténticos argumentos justificatorios. El de los medios monopólicos inyectando odio en sus programas televisivos, desde mucho antes del advenimiento de este gobierno, es el más aceptado y evidente. Pero no alcanza. En el mismo hogar donde semanalmente se daba cabida al programa de Lanata, por ejemplo, algunos de sus integrantes adherían irreflexivamente a sus propuestas de odio y operaciones mentirosas –a posteriori siempre develadas como tales- mientras que otros miembros de la misma familia no daban cabida a dicha prédica.
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O sea que la grieta, o mejor expresado, la visibilización de una supuesta grieta milenaria que escinde a la especie humana quizá desde siempre, también se dio entre humanos que comparten la misma sangre, los mismos lazos familiares. ¿De qué dependió entonces semejante partición de aguas?
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¿PUENTE LIBRIANO PARTIDO POR LA GRIETA? ¿O DISTANCIAS INELUDIBLES?
Se nos impondrá aportar a este debate, cada unx según su proporción y punto de vista. Pero en lo inmediato y observando ahora el orden de lo psicológico, individual y colectivo, apelando no sólo al amable planeta Venus regente de Libra sino además a Saturno que está también altamente vinculado con este signo, se pedirá una mente clara y tolerancia ante la frustración.
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Por ello, en lugar de puentes librianos fluidos y abiertos donde todxs lxs argentinos volvamos a reencontrarnos, conviene en mi opinión cambiar la ontología misma de estas visualizaciones e invocaciones nuestras. El artista Daniel Santoro ofreció el 26 de setiembre pasado una imagen a mi entender sumamente fértil para esta reflexión libriana sobre la supuesta grieta argentina (*). Y es que en el fondo no se trata de una grieta, esto es, de una totalidad previa y homogénea escindida, dramáticamente partida en dos. Se trata de un origen dual, de dos unidades simultáneas y contiguas. Desde siempre, desde el origen. Su propuesta plástica y visual me ayudó a dar forma a lo que desde el 2001 propongo como título en todos mis seminarios sobre astrología e historia argentina: “Las Dos Argentinas que somos”.
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No será necesario en este caso obligarnos a un abrazo identificatorio con quienes habitan en un universo ético y hasta podríamos hipotetizar, orgánico disímil al nuestro. Ese mandato rígidamente saturnino conviene revisarlo: desmontar esa expectativa en la construcción de puentes que NOS RETORNEN A LA UNIDAD PERDIDA LO ANTES POSIBLE. El Saturno libriano de nuestro ascendente quizá esté ya vociferándonos que nunca existió esa unidad como big bang, como punto de partida creador.
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ANHELO Y CONFUSIÓN LUNAR DE UN PAÍS CANCERIANO.
En nuestro país canceriano es comprensible que el ADN identitario solar, la identidad colectiva nacional, propugne esa unidad como centro de todo lo concebible. Al no logrársela, más aún, al reiterarse una y otra vez que existe ese movimiento bautizado como grieta o abismo entre dos partes de esa supuesta única unidad, la Luna Capricorniana de nuestro país se repliega en su mecanismo conocido: “no tenemos remedio, no aprendemos más, en todos los países las personas aprenden a unirse pero nosotros no. Somos un caso perdido”.
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Aquí es donde el ascendente libriano, siempre en movimiento espiralado hacia otra mirada más evolutiva de la misma cualidad –así lo hemos representado desde hace milenios, así entonces opera y construye sobre nosotros- viene para reiterarnos la obviedad: no somos la mitad de “lo uno”. Somos una parte entera contigua a otra parte también entera. Somos dos sujetos adyacentes.
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RUMBO A OTRA VUELTA DE LA ESPIRAL
Quizá en el futuro aprendamos a construir mecanismos de intercambio entre esos dos universos. Nada impide que insistamos en llamarlos “puentes”, en todo caso. Pero es diferente si concebimos que lo que estarán uniendo son DOS entidades homogéneas y disímiles en su origen, en su diseño de cualidades de base. Quizá el error era suponer que nos faltaban materiales especiales para alzar alguna vez ese puente, también especial, que uniera nuestro desgarro. Lo que nos faltaba era diagnosticar que no éramos una orilla incompleta sin su otra orilla, sino una unidad que intentaba un diálogo profundo con otra unidad, con la expectativa de pegar una vuelta de 180 grados rumbo a otra dimensión de nuestra percepción.
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CÓMO NAVEGAR ENTRETANTO
Por el momento, las sugerencias de estos duros años previos siguen siendo válidas y por eso en lo que sigue, las reitero. Alcanza y sobra con que no nos miremos con odio, de una galaxia a la otra. Que simplemente asumamos que no compartimos el mismo lenguaje, las mismas creencias de base y hasta quizá, por qué no, que no provenimos de la misma Eva mitocondrial originaria. Que quizá hubo orígenes paralelos, mitologías de universos separados y que en este presente existe la enorme oportunidad de significar semejante dualismo. Que agradezcamos en lugar de padecer, tener cercanías inconcebibles con ese otro universo paralelo a veces en nuestras propias familias, en nuestros vínculos con padres y hermanos, con nuestra pareja, con nuestrxs amigxs.
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POR AHORA es así y opino que es mejor asumirlo, para facilitar la construcción de nuevos senderos a nuestra encomiable insistencia. No es fácil aquí, en el recóndito extremo del hemisferio sur, tener paciencia libriano-venusina suficiente, tras haber vuelto a experimentar otra crisis terminal en nuestro desarrollo comunitario. Pero ya contamos con Urano, también incluido en el mito de Venus, desde hace casi dos años, en este caso a través de Tauro. Urano o lo abierto estelar de donde provienen los imprevistos creadores.
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Libra y el equinoccio de Primavera en el hemisferio sur es un buen momento para honrar el trabajo hacia lo abierto, hacia lo más distante de nosotros mismos. Es una buena etapa del año para cuidar esos nuevos brotes emocionales que nos conduzcan a que, donde haya dolor e incomprensión entre hermanos, entre connacionales, entre ciudadanos que quizá provengamos de galaxias distantes, asumamos que no obstante estamos habitando un mismo espacio. Y que esta aparente –sólo aparente- contradicción o momentáneo misterio, nos deje un aprendizaje de profunda mutación.
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VOLVAMOS A INVOCAR ENTONCES que en cualquier lugar de Gaia donde una parte de la sociedad perciba con odio ciego a la otra parte, o la considere ajena casi en el extremo de no comprender su derecho a habitar su propio espacio en el mismo universo, se esté gestando otra condición para la percepción humana.
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Que sepamos esperar y honrar los ritmos, como hace la Primavera año a año. Ella nos muestra con claridad que la Vida insiste porque es cíclica, como todo en el universo. Que sepamos preparar, como ella, el momento en que el nuevo brote salga a la luz…
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Bendiciones para todxs …

Olga Weyne, texto para AATP
Buenos Aires (CABA), 23 de setiembre 2019
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Fuente de la imagen: httpblog.pucp.edu.pe

(*) Daniel Santoro, reportaje del 26-IX-2019 en “Recalculando” (C5N). Es probable que ya haya mencionado este concepto anteriormente o haya escrito sobre él, pero no cuento con esas otras fuentes.

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